sábado, abril 22, 2006

Otro son


Para despedir el mood, el que puse antes es un pájaro carpintero un poco triste, hoy les vá un Siquisirí que es de mis preferidos, sobretodo porque lo tocan los Utrera, una familia de músicos que aparte de ser excelentes se dan tiempo para tratarme siempre mucho mejor de lo que me merezco, ahí se ve a Tacho con su famosa leona "Cruz María", a Wendy que cocina las patitas en escabeche más deliciosas de la historia de la humanidad y siempre tiene un buen mezcal para convidar (pos se lo mandan de Oaxaca, faltaba mas!), enmedio va el Miguelón, que dentro de unos años va a ser el azote de las bailadoras en los fandangos, a ver si despues le pido que me de clases.

Una de las razones por las que me gusta su música es que es la quemás suena a fandango, ahí se las dejo.


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miércoles, abril 19, 2006

Carpintero

por las mañanas me saluda un pájaro carpintero, a pesar de que vivo en una ciudad de casi siete millones de habitantes (Contando solo a los humanos), da la maravillosa casualidad de que los carpinteros se dan aún el modo para vivir entre el gentío, normalmente sin ser notados, tal vez porque el ruido de autos y fábricas opaca su repetido picar en los troncos viejos cuando buscan comida.

Pero no solo hay ganas de comer en su actividad maderera, a veces el carpintero busca el tronco más hueco, el que le dará mayor sonoridad a sus picotazos para establecer su territorio, para buscar pareja, o tal vez tan solo porque le gustan las percusiones.

El mío hace "tac tac tatatatatatatatatata tac".

Pero lo hace en el ducto del aire, que suena más y mejor que cualquier tronco seco.

Olvidamos algunos que el pájaro carpintero es origen y protagonista de muchas leyendas, en una defendió a los hombres cuando los dioses se cansaron de nuestras locuras, en alguna otra nos regaló el maiz para que pudieramos hacer tortillas y tamales, en mi favorita picotéo el corazón de un diós para que con una gota de sangre completara la receta de maiz y barro con la que había fabricado a los primeros hombres, dandonos así el orgullo y la furia, pero también la capacidad de amar.

Por eso en Veracruz se le canta al pájaro carpintero, haciendo de el simbolo de valentía y astucia, y claro, romance.

Para dormir con mi amada
mujer que yo tanto quiero
de seda tengo la almohada
y la cama compañero
y de la mano sagrada
el pájaro carpintero

cuando en el monte el vaquero
no puede encontrar la res
se reacomoda el sombrero
mientras le reza otra vez
al pájaro carpintero

el pájaro carpintero
cuando de amores se trata
siente un dolor lastimero
que su corazon maltrata
como a un herido guerrero

voy a tener la paciencia
de cantar con mucho esmero
eso no es ninguna cienca
para un muchacho soltero
solo por la inteligencia
del pájaro carpintero

en el arca trabajaba
Noé como misionero
al ver que no le quedaba
le dijo su compañero
que si quería le llamara
al pájaro carpintero

soy pájaro carpintero
que me ando de una en una
la queme quiera la quiero
mas no me crio con ninguna
carpintero carpintero

A veces me dá por agarrar la jarana, y echarme unos sones jarochos por ahí de la medianoche, y claro que no tiene chiste jaranear si no se inventa un verso. Primero es cosa de irlo pensando con cuidadito, sin medir ni acomodar, solo pensar en lo que se quiere decir, despues las sílabas van emparejandose solitas asegún la música.

ahi les va mi despedida
se las canta un jaranero
no será en vano mi vida
soy del amor misionero
esa no es causa perdida
me lo dijo el carpintero

Así suena el famoso son del pájaro carpintero.


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domingo, abril 16, 2006

Vamonos a desayunar

A veces a las 9 de la mañana de los domingos escucho la voz de mi abuelo que me llama "¡Despiertate porque se va a acabar el menudo!".

Mi abuelo tiene la suerte de tener un nieto que se despierta poco despues de que salga el sol, todos los días. Un sábado me dijo orgulloso "No te preocupes, mañana tu primo Chucho me va a llevar a desayunar". Como para mi abuelo despues de las 10 ya se acabó la mañana, a las 9:30 lo subí a mi auto mientras se preguntaba que le habría pasado a mi primo. No quise decirle que mi primo Jesús es una persona normal, eso le pasó.

Los desayunos los domingos por la mañana son los pocos momentos en que mi abuelo esta contento de que yo no sea una persona normal. De hecho ya no le preocupa más, antes, menos viejo y más lucido, todavía paraba de vez en cuando en sus multiples pequeñas rutinas diarias para decirme que debo volver a casarme y rehacer mi vida, que debo trabajar para un periódico respetable en vez de andar de agente libre, que no sabe para que estudié bioquímica si ahora pretendo ser periodista.

Una vez dijo que estaba decepcionado de mi.

Lloré porque era la primera vez que alguien me lo decía, pero era de esperarse, porque mi abuelo es un viejo comerciante que piensa que lo que uno tiene que hacer en la vida es ganar mucho dinero. Yo tenía 29 años y dos mil pesos en el banco.

Ahora se emociona cuando le cuento de mis viajes, y me cuenta de los suyos, cuando conoció la ciudad de México el año 39 o cuando fué a la Paz Baja California allá por el 50.

Mi abuelo ya tiene esa edad en la cual cuenta siempre la misma historia, así que en el camino hacia el lugar donde se cocinan litros y litros de menudo me cuenta siempre de que en el 29 lo vendían por la calle en dos ollas atadas a un balancín. Y que su padre (Mi bisabuelo) decía que con solo probarlo abría los ojitos.

También me cuenta de cuando, jóvenes todavía, fueron a Villa Juarez con sus amigos, "Pancho pelacas" y Juan, como encontraron una mosca adentro de un tamal y Pancho sabiamente dijo "Si no la hubieras visto te la habrías comido sin tanto escandalo".

Mientras comemos se asombra cada vez de que le ponga chile al menudo, porque el nunca ha comido mucho picante, si me enchilo y me lloran los ojos se ríe de mi, a veces tiene risa de niño.

De regreso a la casa saca un pañuelo y se limpia la frente con el, "Este pañuelo estuvo guardado más de sesenta años, me lo regaló tu abuela cuando eramos novios, y yo de ridículo nunca lo abrí porque pensaba que si un día nos peleabamos se lo iba a regresar".

Desde que murió mi abuela, hace un año, solo usa ese pañuelo.

martes, abril 11, 2006

Apoyo


El Fisgón expresa perfectamente la capacidadintelectual y cultural de los panistas. Y su dudosa moral... ahí les va una muestrita para que vean nomás de que material estan hechos.

Espino hablando bien bonito


Pobre México.

sábado, abril 08, 2006

El adivino

Este cuento nació de ver en el corredor del arte al tipo que, disfrazado de huichol-tarahumara-zapoteco y con acento del DF, le lee a la gente el futuro en la piedra del sol, el calendario maya y no se cuantas otras charlatanerías, obviamente vende mucho más que los hartistas cualquier domingo. Pero...

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Terminé sonriendo el crucigrama del día. Tan solo porque el aburrido periodista que los escribe , de nuevo había puesto una palabra dedicada especialmente para mí: 18 vertical, siete letras m .ǁ fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los suceso.

Destino.

El mesero pone un sobre de papel frente a mí, justo sobre el aro que deja mi taza de café.

-Otro mensaje para ti, ábrelo… aposté con el cocinero que es otra carta de desamor-
-Me conmueve como se interesan por la vida de su mejor cliente-
-No eres el mejor, solo el más constante-
-Ahí se te fue la apuesta...- le mostré el mapa, único contenido del sobre-
-Otro día será- Dijo con una sonrisa, mientras rellenaba mi taza. – ¿Mapa del tesoro? –
-El mapa del tesoro, o el mapa de la X – Dije señalando la X dibujada con tinta azul sobre una página arrancada de la guía Roji. –
-¡Es una espantosa X! Todavía está pendiente la apuesta, puede que ahí te encuentres una sirena varada o una medusa que este esperando para reclamarte el olvido, o la memoria-
-A veces me pregunto quien es el que cuenta cuentos de los dos-
-No se me olvida que fuiste mesero- Contestó con un guiño divertido.

Al dejar el bar inicié el recorrido que me llevaría al lugar de la espantosa X, curiosamente me llevó por calles llenas de recuerdos, Sabino, Urdiales, la 6ª de Juárez , Miramar dando vuelta en Pez espada, y ni una tienda en el camino para comprar cigarros… Como alegoría directa a mi vida el lugar marcado por la espantosa X era otro bar; “El Tijuana”. Así que sin nada mejor que hacer entré y me senté en una mesa donde pronto sirvieron un mezcal con gajos de naranja, me pregunto si no habré sido habitual de este bar en alguna vida pasada para que sepan mis gustos. Casi al mismo tiempo que el mezcal llegó un hombre, un hombre como cualquiera, veinte años mayor que yo, con un traje gris tan común que podría confundirse con el que uso en todas las bodas.

-Sabría que vendrías buscacuentos, soy adivino-
-Eso le debe decir a todos…-
-Claro, ayuda al negocio, pero esta vez sabía por métodos más convencionales, por ejemplo, haber mandado un mapa -
-Podría no haber venido-
-Tu fama te precede, no ibas a dejar pasar la oportunidad de escuchar una nueva historia-
-En eso tiene razón, venga la historia pues-
-Es la historia de mi vida… de verdad soy adivino…-

Va mi historia cuentacuentos, ya verás si la cuentas o no. Fui un niño normal, si tal cosa existe, jugué al fútbol y las canicas con suficiente habilidad pero sin destacarme, tampoco en la escuela me sirvió de gran cosa conocer el futuro, en esa época lo aceptaba todo sin dudar “Voy a sacar un seis en matemáticas”, “Me van a dar un centro de oro pero voy a fallar el tiro por agarrarla de botepronto”. Así iba pasando la vida sin novedades, pensando que todos sabían lo que yo, que no tenía nada de raro ver el futuro, fue hasta la prepa, cuando comencé a apostar a la quiniela que noté que no estaba hecha para que todos ganaran, así como muchos veían sospechoso el que yo atinara siempre a ganador y número de goles. Poco después dejé de jugar a la suerte, no tiene gracia si uno sabe cuando y cuanto va a ganar, y comencé a ayudar a algunos de mis amigos que sentían esa natural incertidumbre por el porvenir, para mi tan claro. Obviamente perdí muchos amigos al mismo tiempo…

-¿Como?-
-Porque no a todo el mundo le gusta su futuro, y enfrentarse a un amor que se sabe que se va a perder le quita todo el sabor a la vida, así como confiar en un súbito cambio de suerte que garantizará la estabilidad económica de por vida quita el interés de tomar empresas difíciles y luchar contra el destino. Incluso odiar, sabiendo que el enemigo encontrará el arrepentimiento en algún momento, normalmente por métodos naturales, pierde todo el sabor…-
-Ya veo-
-Si, el futuro conocido se vuelve más incómoda que el pasado incluso, justamente por eso me dedico ahora a este trabajo de adivinador, porque me sé infalible-
-¿Que le diferencia de los demás charlatanes que solo dicen mentiras para aprovecharse de la credulidad de la gente?-
-No mucho, en verdad, yo solo digo mentiras, nunca me atrevería a decirle a alguien su futuro.-
-¿Entonces es usted otro charlatán?
-Al contrario amigo, yo conozco perfectamente el porvenir de cada quien, se por ejemplo que se te van a terminar los cigarros saliendo de este bar y vas a comprar otro paquete con un billete de veinte porque no tendrán cambio en la caja, y sé que el 21 de abril del 2012 te vas a romper un diente con una piedra en los frijoles-
-¿Y de que me sirve saber eso?
-De nada, porque no te dije nada realmente importante, es en las cosas importantes en las que miento-
-¿Porqué?-
-Porque el futuro no es algo fijo, uno realmente puede alterarlo, aunque es dificilísimo. Por eso no les digo a mis clientes su futuro, sino que les hablo de cosas como… amores, el fruto de su trabajo, amistades largas y esas cosas buenas-
-¿Y que saca usted de eso?-
-Yo nada, solo dinero, mis clientes en cambio… ellos son los que más ganan. De nada sirve vender el futuro amigo… yo hago algo bueno por la gente, yo vendo esperanzas.

Sastrecillo

Parece que a cada paso que doy mi pasado da dos, para ponerse siempre frente a mi, en la parada de camión me reconozco apoyándome en el poste del mismo modo que hace quince años, canas más, kilos menos. Pero sigo siendo yo bajo la lluvia con los ojos empañados por dentro, y el paso firme de quien no sabe adonde va pero quiere llegar pronto. Mi padre me enseñó a caminar así, durante una época traté de que mis pasos fueran tan largos como los suyos, hasta que el tiempo logró que fueran más largos por simple crecimiento adolescente, no tardé en darme cuenta que de todos modos nunca le alcanzaría porque el ya había caminado mucho más que yo, y por otras veredas.

Así me encuentro hoy, con mi historia pequeñita e incómoda caminando por la interminable subida que me lleva al museo. El camión que esperé por cinco eternos minutos me dejaría ahí en menos tiempo, pero la impaciencia me gana y sigo caminando, a sabiendas de que en cuanto voltee pasará y recogerá pasajeros un poco más holgazanes que yo, o más pacientes.

No sé porqué digo que mi historia es pequeñita, si me ha tomado toda la vida írmela formando, llena de decisiones poco inteligentes y afortunadísimas casualidades, esas casualidades en las que juro no creer y sin embargo se suceden con ánimo de corregir mi incredulidad. Con ella a cuestas me protejo a veces de lo que está por venir pensando neciamente “No estoy listo, no me ha preparado la vida para esto”. Pero eso no le importa a la vida, ni a la mía ni a la de nadie más. Solo importa lo que va a pasar hoy y que con el simple esfuerzo de salir de casa esta mañana me dispongo a que suceda, lo que elijo y lo que simplemente pasa, da igual.

Porque no importa mi historia, es como aquella trama del cuento, donde el pastorcillo, el sastre, el simple grumete o lo que sea, se enfrenta al gigante, al dragón o a la tempestad y no se le ofrece la oportunidad de volver a la universidad a estudiar un curso intensivo (“Combate dracónico”, “Gigantes y otras especies megamórficas”, “Navegación de galeones sin instrumentos”). Simplemente está ahí y tiene que vérselas con lo que el destino le depare.

A veces preferiría al dragón, es más romántico haber vencido al terrible monstruo de fauces flameantes, aunque de los que mueren en el intento nadie cuenta la historia.

Pero siempre hay un tesoro, el chiste está en saberlo encontrar.

Yo espero encontrarte a ti, no al dragón, y que no te importe mi historia sino la que podemos escribir juntos.