viernes, mayo 26, 2006

Hay mugre por todos lados

pisar un charco
una caca de perro
ir al río a buscar renacuajos
las agujetas llenas de polvo de la cancha de fut
barrerse en segunda
carse de la bicicleta
barrerse en tercera
ensayar con la escolta
robarse el home
subir los piés al sillón
pisotear al de los tenis nuevos
bailar "El elefantinho"

Como me molesta que tus tenis estén tan limpios en tu armario.


viernes, mayo 19, 2006

En el metro

no puedo dejar de ver a la gente, tu siempre me has dicho que tengo mirada de voyeur, que ando mirando por todos lados y en todos los recovecos, que debe ser por trabajar con la cámara. Lo chistoso es que soy un mal fotógrafo, que salgo siempre con la cámara a la mano pero muchísimas veces la dejo adentro de la mochila porque me ataca el egoísmo y decido que las fotos a veces solo me deben pertenecer a mí.

Pero tienes razón, mi mirada es de voyeur, y no es por la cámara, más bien fue después que me convencí que debería de algún modo dejar registro de las cosas que veo. Mucho antes ya miraba a todos, muchas veces, en la calle, en las casas, en la oficina me aprendía cada detalle de color en cada cubículo, quien tenía una florecita y quien la foto de sus hijos, así me di cuenta que tienes los pies grandes para tu altura. Cuando me preguntaste si había notado que tenías de raro, con esa voz que parece salirte siempre entre sueños, te dije que la segunda falange de tu meñique izquierdo está un poco torcida y que tus pies son grandes. Creo que por eso te gusté.

Así miro a la gente en el vagón del metro, así miro al señor que vende chicles, que parece Marlon Brando a sus veinte años, pero moreno y bajito, y trae un chaleco como los que usa mi abuelo y siempre he pensado que usaré yo cuando sea abuelo. También a la señora que lee una novela de José Emilio Pacheco y separa momentáneamente la página con el dedo para ver de nuevo en que estación vamos, y a la chica que casi dormida se acaricia el cuello con la yema del índice derecho.

se acaricia el cuello como si se masturbara, así como imagino que dices que te tocas frente a mi mirada, imaginándote imaginada, viéndote observada por esa cualidad en mis ojos que nunca he comprendido, yo solamente veo, tu dices que con verte basta para todo.

Y sin embargo siempre cuando te toco me castigas escondiendome lo que busco, donde me quiero perder, cierras los ojos cuando la piel y la piel por fin se tocan, dices que hay demasiadas cosas que sientes como para perder el tiempo mirando afuera de ti.

Y yo miro y miro gente en el metro, y miro y miro calles húmedas. Acaba de llover y mis zapatos hacen ruido porque nunca le doy vuelta a los charcos, me gusta romper espejos al caminar.

Y miro y recuerdo a la chica que se masturbaba en el metro, y los espejos rotos y tus ojos cerrados y tus parpados temblando

Esa última es la foto que hoy será solo mía.

Aunque lleve meses sin verla.

¿Cuanto es?

-Nada, es grátis, está aquí en el mostrador pero igual se lo pudo haber encontrado en la calle-
-Ah, no lo sabía. ¿Y viene con algún manual de instructivos?-
-No, por lo común que se han vuelto la verdad creo que si alguna vez tuvieron ahora ya no deben preocuparse por reimprimirlos, con algo de sentido común puede que le dure mucho tiempo.-
-¿Como que sentido común?-
-Pues, no se trata de ahogarlo con atenciones, pero tampoco dejarlo olvidado, puede que se acostumbre si lo pone al sol, así como puede que se marchite, se evapore y hasta se carbonice. Si lo pones en el baño puede que la humedad le siente maravillosamente y florezca como selva tropical, o puede que se apozcagüe y se muera flácido como trapo viejo-
-¡Hijoles! ¿Entonces como lo cuido?
-Pues ahí está el detalle, cada quien como puede va buscándole.¡Si le contara cuantos se me han marchitado, muerto o escapado a mi!-
-Y si es tanto lío… ¿Por qué tengo tantas ganas de llevarme este a casa?
-No lo sé, siempre me he preguntado lo mismo.
-¿Usted cree que si le doy alguito cada día, no sé, azucarado tal vez, con unas gotitas de jugo de limón o ralladura de cáscara… agarrará buen color y durará más?-
-No, la verdad no sé, algunos necesitan poquititas cosas, otros piden y piden, y lo que es peor, algunos no piden nada pero necesitan mucho más de lo que imagina, o justamente lo que no le está dando. Así son de caprichosos.-
-Bueno, pues gracias por los consejos.-
-De nada, suerte…-

Así salí del mercado de la Merced, había ido por equivocación después de dejar a mi padre en la estación. Y salí con un amor en la mano sin saber que hacer con el, ahora parece que todo el mundo tiene, ha tenido o anda buscando uno. Yo no sé todavía que hacer con el mío, a veces me recibe con brincos y maromas y hace gracias que creo que aprendió solo, otras veces se queda así nomás… sin moverse en el pretil de la ventana, mirando no se adonde, y no se porqué, y me da miedo que decida un día salir volando por esa misma ventana, poco después viene y se acurruca en mi almohada cuando duermo. No le entiendo nada. Pero me hace feliz.

martes, mayo 16, 2006

En este país

hay rincones hermosos por todos lados, lo más sorprendente es que por mucho que nos quejamos 65 millones de provincianos, algunos de los más bellos están justamente aquí, en la capital.

Por ejemplo, el mercado de Jamaica, el mercado de las flores...


Lo maravilloso de este lugar es que está tan lleno de flores, tan recargado de colores y olores, que despues de unos minutos uno ya no se da cuenta, y toma la lluvia de color como el estado natural de las cosas. Así me imagino al señor de las rosas, que las vende por ciento todos los días, que las hizo parte integral de su vida hace veinte años, y que dice sin mentir "¡Vengase marchante, acá están las más hermosas!".


miércoles, mayo 10, 2006

Viaje

de fotos, muchas fotos... Ya las había colgado, pero creo que es justo que haga una pequeña reseña, no para los que no han leído, simplemente para mi, que quiero recordar.

Primero Aguascalientes...


En la carretera sale uno de la ciudad de México y se va dirigiendo despues hacía el bajío, esa zona en la cual se filmaron tantas grandes películas de los 40's. Recuerdo siempre la frase "La culpa no es del indio sino del que vé sus películas" (El Indio Fernandez fué un prolífero actor-director de cine mexicano). Una de las cosas que todos recordamos de sus películas es la fotografía maravillosa de Gabriel Figueróa, fotógrafo que habiendose especializado en cine es sin embargo uno de los mejores fotógrafos paisajistas mexicanos, sin olvidar, claro, al increible Armando Salas-Portugal, del cual Pellicer en algún momento dijo que había fotografíado "El último escalón de la tierra, primero del firmamento".

El caso es que uno cree que conoce el cielo porque ha amanecido en el desierto de Sonora, porque ha visto tormentas en el golfo de California o el cielo infinito sobre la igualmente infinita llanura oriental. Pero cuando de pura casualidad se paséa uno por el bajío vé esas nubes y esos cielos que Figueróa retrató como nadie, y con necia y vana intención trata de emularlo un poco... Aunque séa un poquito desde un camión en movimiento.


Despues me allegué a la ciudad de Aguascalientes, no confundir con Zacatecas porque se enojan, y la primera intención fue darme una buena paseada por las instalaciones de la famosísima feria de San Marcos. ¡Ah como me gustan las ferias! Aunque debo confesar que me gustan más las ferias de pueblo chico, con sus escandalos pequeños, con sus mismos borrachos. En la feria de San Marcos tambien tienen sus mismos borrachos, todos. Y las instalaciones de la feria de pronto nos sorprenden con un golpe de modernismo que se eleva hacia el cielo de la noche para recordarle que aunque pequeño Aguascalientes es un lugar de donde se hacen cosas. Por ejemplo... esteee... torres... y... cables?

Ahora que con la globalización, que todo alcanza, también hay detalles que llegan a las ferias más tradicionales de nuestro país. Una de las cosas que encuentra uno en todos lados son los puestos de hot dogs de tres por quince pesos (Creo que en La Candelaria de Tlacotalpan ví uno de tres por doce), también inevitables (Lamentablemente) son lo que mis hermanos y yo llamamos "Los apes", malolientes neohippies tamborerosos que creen que vivir de viaje significa no bañarse y que con sus tambores y una nimia capacidad musical (Notese que lo digo yo, que soy malo para la música) tienen derecho a pasarsela de rol por todos lados pidiendo "un varo pa la banda", en verdad afeando el panorama de una manera horrorosa, contaminando el aire con sus olores corporales y realmente echando a perder buena parte del ambiente con sus tambores pseudoafricanizados y sus shows de bailar con pelotas encendidas... encendidas les voy a dejar un día las pelotas...

Otra marca de la globalización feriil son los voladores de Papantla, antaño adoradores de los elementos en la sierra papantleca, ahora hacen su impresionante vuelo sagrado cada media hora en puntos específicos de cualquier feria. Ellos no dejan de considerar cada vuelo un momento de comunión con el mundo, pero a estas alturas el hacerse uno con el agua, tierra, viento y fuego existe solo entre ellos cinco, los demás somos inermes expectadores que a veces hasta tenemos el mal gusto de aplaudir. Me fascinó particularmente un momento. Este hombre hace unos instantes tocó el cielo y no en el sentido figurado, ahora, casi soñando, acaricia la tierra.

La ciudad de Aguascalientes tiene muchas zonas particularmente feas, y muchos rincones particularmete bonitos. Tengo a bien decir que una de las cosas hermosas es la gente, no recibí más que magníficos y deliciosos tratos de cada uno de los que encontré en mi camino, Verónica, Oscar, Maritza, Elio, Daniel... Y los demás cuyos nombres olvido. Me guiaron por los recovecos de su ciudad, y me abrieron los ojos a detalles que tal vez incluso a mi (Que no hago más que andar espiando a todo y a todos, el día entero) se me hubieran escapado. Estuve persiguiendo varias veces a un cilindrero (Organillero), y hasta el penúltimo día me fije en el viejo acordeonista, que realmente tomaba en serio su trabajo de músico ambulante. ¡Y tocaba maravillosamente!

Y bué, al final, ya saben que fuí a tomar fotos de las peléas de gallos (No, nada que ver con Oscar), el espectáculo de más tradición en al feria de San Marcos, incluso más que los toros. Resulta que en el palenque, donde se llevan a cabo las peléas, es imposible entrar con cámara, hice antesala tres días, uno de ellos estuve de pié cinco horas y media a la puerta de la oficina de un gordo con primaria trunca que se decía "Encargado de prensa" para que me dijera que al otro día podía entrar a tomar fotos, Al día siguiente me hicieron esperar tres horas a la entrada del palenque para recibir la autorización de otro que le huyó a la educación. Al final me dijeron que podía tomar cinco fotos, solo de los gallos, nada de panorámicas ni del público, me llevaron a un lugar donde me dijeron "Desde aquí, andale, tomalas en chinga". Lo bueno es que tomé más de cinco fotos y no les hice caso en cuanto a que no debía tomar al público. Lo malo es que me sacaron a empujones y por poco no salvo la cámara.

El taxista que me recogió, dijo "¡Pues es natural! No quieren que tomes una foto del gobernador con un Arellano Felix o algún otro gallón de las drogas". En este país la verdad se calla por sabida, y definitivamente, en un espectáculo tan degradante como los gallos, si me imagino a gente tan degradada como gobernadores y narcotraficantes.


Me harté de la feria de San Marcos, en una borrachera la lindísima Susana (Que estaba bastante borracha, igual que yo) me convenció de huir de la civilización y terminé saliendo al otro día rumbo a Lagos de Moreno. Amanecimos crudísimos y me encontré con que Lagos se vé más o menos así:

Esta es la iglesia principal de Lagos de Moreno, es realmente impresionante, mucho más sobria que lo que uno podría ver en Oaxaca o Chiapas, pero enorme, solida, interminable, aquí la toma desde atrás, donde se ven sus paredes planas, limpias, y hasta arruba unas ventanas que se ven disminuidas por la distancia pero son en verdad enormes. Uno se siente pequeño junto a una edificación así que tiene no poco de fortaleza. Y si aparte va crudo y con los estragos de comer tortas de lechón de Aguascalientes...

Pero parece que justamente esa es la intención de las iglesias, en algún momento hacernos mirar al cielo.

También en Lagos encontré paredes que fueron específicamente diseñadas para que les dé el sol a cierta hora de la tarde. Noten los arabescos.

Y paredes que se confabulan con los arboles vecinos para crear una sombra mágica que conforta al caminante y esconde mágicos rincones. En este pasillo de luz, en estas paredes de sombra, se encuentra la entrada a una iglesia que si no miras con atención pasa desapercibida, en esta foto no se ve, pero no se preocupen, caminando frente a ella tampoco se ve.

Y claro, uno no puede haber visitado Lagos de Moreno sin tomar una foto de la conseja que aparece junto al puente principal... prefiero dejarles con la duda de su significado, dicen que la gente de lagos sigue preguntandoselo. Por cierto gente de Lagos: Susana, Rous, Yahaira, Ari, Isaac, Raul... Un abrazo enorme, me tocaron el corazón.

viernes, mayo 05, 2006

Cada día

Por la mañana, abro la misma puerta para salir a una ciudad distinta, con los mismos zapatos (O copia exacta de los que he usado toda la vida) piso aceras, empedrados y cespedes cotidianamente diferentes, me sorprendo imitando acentos y modismos para encajar entre la gente y camino en dirección contraria al paso de enfermeras y escolares para poder verles bien a la cara.

Alguna vez se fijarán en mi.

Por la mañana trato de dejarle unas monedas al viejo violinista que a veces toca la trompeta, e incluso la marimba los días que amanezco cerca de la costa. Cada día las echo en su canasta vacía, sombrero, lo que tenga a sus pies, y me regala una sonrisa desdentada para decirme "Gracias joven, ¡Con usted hago la cruz!", siempre le devuelvo la sonrisa, a veces voltéo para verlo echarse las monedas a la bolsa y tener de nuevo el sombrero-canasta vacío para poder compartir sonrisas con el que venga despúes de mi.

En algunas de estas ciudades el cielo roza apenas las torres de la catedral y quisiera ser fotógrafo para capturar el instante, que de todos modos me llevo conmigo, para mi solito. En otras los niños juegan en la fuente felices y me gustaría poder hacer una canción sobre la impaciencia y la rabia de las palomas con sed.

A veces tengo prisa por llegar a ningún lado, siempre cancelo algo para que me sobre tiempo. Trato de olvidar en casa el reloj para no olvidar alguna de las otras cosas que, aunque pocas, ocupan casi todo el espacio que me queda para pensar mientras camino.

No estoy seguro si se trata de que la ciudad está cambiando constantemente, o por alguna enfermedad desconocida despierto cada día con ojos nuevos.

Pero no me molesta cada noche tocar una puerta diferente, siempre y cuando pueda dormir en mi cama.

lunes, mayo 01, 2006

Mañana

Salgo de viaje, otra vez a trabajar, hago mi mochila, cargo rollos en la 35, baterías para la digital, y de nuevo confío en el secreto que me dijo un viajero hace tiempo:

"llegarás lejos con un buen par de zapatos"

Salú!