viernes, septiembre 29, 2006

Dejenme les cuento

De un grupo de "artistas" e "intelectuales" que se pronuncia en contra del gobierno, en general se puede decir que no fueron ni serán nunca una representación verdadera del grueso de la sociedad. Ellos cuentan con estancias en el extranjero en sus carreras "artísticas" y luego vienen con sus opiniones abiertamente izquierdistas a levantar la voz según ellos "En nombre del pueblo". Mal vestidos y con palabras rebuscadas le hablan a la gente de el respeto que el obrero y el estudiante y el campesino deben exigir a sus derechos constitucionales. Les hablan de héroes ya muertos que lucharon en la revolución por ellos. Como si del pasado se pudieran apropiar y hacer de los héroes de la historia su estandarte.

Tan fuera de lugar en la sociedad están que mucha gente los considera locos, de hecho habría que poner en duda sus capacidades de "artistas", si la mayoría de sus obras son incomprensibles, llenas de monos feos que la verdad a casi nadie le gustan. En un momento hubo un enfrentamiento con ciudadanos, entre ellos estudiantes de una escuela donde intentaron pintar sus "obras de arte", con el resultado de que de entre estos "artistas", dos descaradamente sacaron pistolas y amenazaron a los estudiantes para que los dejaran en paz. Al final un grupo de la fuerza pública entró en su defensa, defendiendo la "libertad de expresión" y las "garantías ciudadanas" de los "artistas". Claro que continuó la queja de los ciudadanos indignados por lo que consideraban la pinta de "pornografía izquierdista" en su escuela. ¡Y son las mismas fuerzas públicas que son pagadas con los impuestos de la ciudadanía! ¿Porque tienen que defender a esa runfla de revoltosos comunistas? ¡Hasta hay extranjeros entre ellos!

Por la noche una mano justiciera dañó las pinturas, con navajas, manchas y hasta escupitajos.

Al otro día los necios "artistas" aludiendo que su pintura tenía gran valor, restauraron lo que se pudo. Otra vez ofendiendo a un sector del "pueblo" que dicen representar.

De este pueblo, muchos prefieren desentenderse de ellos, la verdad la causa de esos "artistas" no le interesa, quieren trabajo y paz. Y que los policías manden a la fregada a estos artistas que apoyan a revoltosos pseudorevolucionarios.

De los que dañaron las pinturas en "defensa" de los valores de México, la paz y el orden, por suerte nadie se acuerda.

De los "artistas" si, sus apellidos por lo menos: Orozco, Pacheco, de la Cueva, Charlot, Revueltas, Mérida... y los dos que defendieron sus obras a punta de pistola, Siqueiros y Rivera.

Esto pasó el siglo pasado, ayer leí en un foro a alguien que llamaba "hippies piojosos que no saben trabajar" a Poniatowska, Macotela, Pellicer, Monsivais, Ochóa y toda una bola de "artistas" e "intelectuales". Que levantan la voz por la misma razón, en contra de un gobierno que se cree todo poderoso, en contra de una burguesia explotadora, en contra de la falta de respeto al pueblo de verdad.

Del que los criticó en el foro, yo ya me olvidé el nombre.

miércoles, septiembre 06, 2006

Carlos

Tiene dos hijos y una esposa que hace una salsa molcajeteada de miedo, siempre que paso por su casa le digo:

- ¡Ay Lucy! ¿No me digas que Carlos se acabó la salsa?
- Guardé un poquito... para las visitas, pero no le digas porque no sabe que la escondí.

Tambien le gusta pescar, auque nunca hemos ido juntos a la presa, cuando lo encuentro en la esquina, camino a mi estudio, me dice:

- ¡Que pasó Pablito! ¿Cuando vamos a sacar unos buenos robalos?
- Pos el fin... el fin...

Carlos era un niño más pequeño que yo cuando jugabamos en la plaza, siempre lo poníamos en el jardín izquierdo porque era donde se iban menos bolas, pero corría como flecha y se robaba las bases con singular alegría. También me acuerdo que en el puesto de la esquina comía muchas tostadas con dos salsas y crema y todos nos reíamos diciendo que estaba hueco, porque siempre fué flaquito flaquito.

A veces paso por la noche, y si es miercoles está asando carne porque descansa los jueves, ahi está tomando cheves con sus amigos. Me invitan y me presenta:

- Este aquí es un camarada de la cuadra, es mal fotógrafo pero buen amigo.

Una vez tomé fotos en la boda de la hija de uno de ellos, se hizo a las prisas porque la niña se "comio la torta".

- Ni pex - decía el padre de la novia - Así le pasa a veces a la gente como nosotros.
- Así nos pasa a toos - le comenté - no será la primera ni la ultima.
- Pues no, por mientras vamos dandole... Lo bueno es que el vato trabaja.

Un miercoles por la noche llegué con mi acreditación de prensa todavía colgada del pecho.

- ¿Apoco eres clave veinte? -me preguntaron al verla
- ¡Huy! ¡Y de los rojillos!
-...
- Pues yo la verdad si creo que estaría bien que ganara el peje - dijo uno, cincuenta años con bigotito de Pedro Infante. Y comenzó esa discusión que fué tan repetida en todo el país.

Cada vez que alguien dice que la policía y el ejercito van a reprimir, que son unos salvajes, que son unos animales sin sentimientos, me acuerdo de las cervezas que me he tomado con los colegas de Carlos que, como el, trabajan en una corporación policiaca. De los problemas que tienen, y de sus opiniones sobre política. Y que ellos me consideran su amigo.

Cuando la gente les gritaba a los policías en Reforma "¡Violadores!" despues de lo de Atenco, me acordé de Carlos y sus amigos, de como yo mismo había considerado a uno o dos capaces de hacer algo así, y a uno o dos totalmente incapaces, pero la verdad estaba pensando "Que trabajo tan pinche el de Carlos".

Cada vez que fotografío a un policía en un reten o un operativo, trato de imaginar como tomará cheves con sus amigos, y de que chistes se ríe , a que secretaria le echa los perros o como juega con sus hijos. Tambien puedo pensar en como golpea y reprime y mata, pero trato de evitarlo.

Porque la verdad, independientemente de que yo sea clave veinte, si un día estamos frente a frente y a nuestro alrededor el infierno se está desarmando para armar uno más grande. No quiero se me olvide que el es Carlos, que no se le olvide que soy Pablo y que no se le olvide que soy Pueblo. Sobretodo no quiero que se me olvide que el es Carlos.