viernes, noviembre 19, 2004

Había una vez

Un perro y un oso que fueron a la gran ciudad a buscar su suerte, llevaban bayas del bosque para comer y bebían agua de los prístinos arroyos. El perro brincoteaba va adelante y atrás corriendo la mitad del camino mientras el oso, como todos los de su especie, caminaba tranquilamente y a su paso.
El oso tenía miedo de que en la gran ciudad les fuera a suceder alguna desgracia, por eso viajaba con su dinero adentro de sus calcetines de oso y una mirada aviesa de oso. El perro le decía "¡No hay falla man! la raza respeta a la raza, la flota respeta a la flota y la banda respeta a la banda". Después de cinco días de peregrinar de norte a sur y de este a oeste por al gran ciudad el oso estaba más tranquilo. Y charlaban animadamente durante los trayectos del metro. Y el oso le dice al perro que el personaje de "un plato de fruta" debe decir en algún momento "Me he quedado mudo de las manos". Y el perro dijo "Hágase la nueva frase en mi cuento" y la frase se hizo... y vio su obra y vio que era buena. Y movió la cola.
Y el perro y el oso hicieron antesala en muchas editoriales, a veces el perro salía a la calle a fumar mientras los atendían y a veces el oso iba por un café. Y entraban y saludaban a gente que fingía estar muy feliz de conocer a un auténtico perro y un auténtico oso.
Y el oso saludo a sus amigos que pintan monitos.
Y el perro conoció una linda chica que tiene un mosquito diminuto y tocó el mosquito de la linda chica y canto feo mientras ella cantaba bonito y fue feliz. Y la chica le consiguió una funda para su roncona, y así el perro fue más feliz todavía.
Y el oso se cansaba de caminar y subir escaleras, pero se emocionaba de poder conseguir películas piratas en el metro a diez pesos. Y el oso no dibujo nada en una semana pero vio muchas películas piratas, y el oso comió pozole y gorditas de chicharrón, y fue feliz como un oso feliz.
Y el perro vio a una mujer que no sabe si quiere o no, aunque sabe que ella no lo quiere, y el perro no supo si ser feliz o no ser feliz, y su cola colgaba sin balancearse y sus orejas estaban atentas. Y el perro siguió su camino, y después dudó y le llamó por teléfono, y después se arrepintió de haber dudado y después se dijo a si mismo "Bah, soy el perro, esas cosas hago".
Y el perro y el oso subieron a microbuses y a taxis, y compraron el disco con la colección completa del rock en español en mp3 y fueron a comic castle y el oso fue feliz, y el perro mejor se fue con la linda chica jaranera.
Y el perro se aburría mucho en las largas horas de espera y le escribía mensajes a Esme diciéndole que estaba aburrido, a Adriana preguntándole que le iba a cocinar cuando volviera, a Jacko para ver si ya el Otto había entregado el diseño, a Jorge que nunca le contestó y a Lamitri diciéndole que ya no comiera hamburguesas de carls jr, porque ni con seis clases de Quickie Do va a quemar esas calorías.
Y el perro llevó al oso a un bar y en ese bar había amigos poetas del perro y el oso, y Antonio y Edel tomaron muchas cheves, y Antonio tiene una novia hermosa e inteligente que aparte canta bien chido, y Edel sigue siendo el mismo tipo brillante y agradable con quien es tan delicioso agarrar la peda.
Y el perro hoy en la noche vuelve a monterrey.
El perro por primera vez en su vida ya no quiere estar en el DF. Quiere estar en monterrey y que alguien le de un abrazo y pueda estar así solamente, abrazado y en silencio mientras se vuelve a llenar de las energías que se le vaciaron en su viaje con el oso.
Y así ser un perrofeliz.

1 Comentarios:

Blogger mau dijo...

y ahora q mitri perdio su motivacion pues mas visita el carls jr

21/11/04 14:31  

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