jueves, noviembre 11, 2004

Reportero de modas

Algo que tenía guardado desde hace mucho tiempo. Dedicado con cariño para Esme y Gaby...

Hay gente que encuentra la felicidad ayudando a otra gente, enseñando, curando, trabajando para el bien de la humanidad. No sin un poco de vergüenza debo admitir que ese no es mi caso, me dedico al simple y sencillo placer de leer, solamente eso, mi trabajo es perfecto, reseño libros para un diario. Gano lo suficiente para mantener una espartana vida de soltero, y los acuerdos con las editoriales para que reseñe sus novedades me permiten no gastar lo que sería una cantidad significativa de dinero en mi mayor vicio.
En si mi trabajo no me exige estar físicamente en el diario, pero asisto por las noches a la redacción como un ritual, así me mantengo al tanto de eventos interesantes y consigo pases gratis al cine y obras de teatro.
A veces los eventos no son tan interesantes.

- Oye López. ¿Que tal si escribes la columna de modas? – Me soltó repentinamente el co-editor de la sección cultural, que lo mismo incluye mi columna literaria que el horóscopo, pasando por chismes del mundo del espectáculo.
- Pero Oscar, yo que se de modas ¿Qué no se nota, mezclilla y camisa de algodón todos los días te dice algo?
- ¿Qué no te la pasas diciendo que Murayama tiene un gusto impecable, que a García Marques de seguro le escoge la ropa su esposa y que Guadalupe Loaeza se pondría un zarape de Saltillo si trae la marca HERMES?
- Si, pero para empezar se llama Murakamy, y para seguir estoy hablando de escritores que la verdad ni sé como se visten, lo comento por lo que leo de ellos. No por una opinión real de alguien que sepa de moda. Y se pronuncia ERMÉ, con acento y sin S.
- Aparte mira tu ropa, ayer pantalones Mossimo, hoy Yves Saint Laurent...
- Mezclilla de oferta en Soriana San Pedro, a la próxima me pongo el cinturón por fuera de la etiqueta. Y no creas que me da mucho gusto saber que me estas viendo el trasero.
- Si no te gusta ponte guayabera. Mira, necesito cubrir un desfile y no solo eres el único libre sino que aparte tienes buen ojo, es como cuando cubres las galerías en vez de Eliza, eso se te da bien.
- ¡Pero eso es arte Oscar!
- Bueno, hay quien piensa que la moda es arte... ándale, a las diez en esta dirección, es una casa en el barrio antiguo, va a haber bebida y muchas modelos, los chavos de deportiva matarían por estar en tu lugar.
- Pues que vayan ellos.
- No saben nada de esto y aparte no tienen tu estilo. Se te va a pagar.
- No creas que voy muy contento.


Ni modo, el sueldo es el sueldo y la idea de que sería como una fiesta no me desagradaba, aunque estoy más acostumbrado a las reuniones en cafés y bares con gente igual de mal vestida que yo y excedernos de cafeína y alcohol hablando de literatura o filosofía, lo cual no parecía entrar en el panorama de un evento con diseñadores y modelos. Así que a las nueve subí al auto del fotógrafo, que evidentemente si está acostumbrado a estas cosas, se le puede confundir con maniquí de aparador por su atuendo perfectamente combinado, lo mismo que por su corte de pelo de 1000 pesos. Carajo, hasta el estuche de su cámara combina con su camisa negra de corte recto, pero claro, el negro combina con todo, entre más obscuro mejor. Yo en cambio hice un esfuerzo consciente por verme aún más desarreglado que lo normal, los pantalones de mezclilla un poco más grandes por comodos, la camisa por fuera y las mismas botas de excursionista de todos los días, aún con algo de lodo del parque.

- A ver si te dejan entrar pinche López, en estos asuntos son especialitos.
- Pues más les vale reconocer la elegancia y distinción del gafette de prensa.
- ¿Y porque te sacaste la camisa? ¿Para que no te vean el trasero?
- Cállate y maneja.

La casa en si bien vale la visita, con esa fachada de abandono que caracteriza a las pocas casas que siguen solas en el barrio antiguo, al entrar nos encontramos en un estudio totalmente renovado, duela que se veía demasiado nueva y demasiado cara, paredes blancas y unos cuantos muebles art decó de apariencia incómoda, reforzada por el hecho de que nadie se sienta en ellos. En la entrada revisaron tanto nuestras invitaciones como nuestros gafettes dos guardias que portaban con propiedad trajes de trabajo no muy llamativos, cuando mucho un Zara y el otro un descarado Aldo Conti, la diferencia con los Ermenegildo Zegna y Armani que se ven aquí y allá entre el público es notable, claro, con la publicidad y la imagen de Adrien Brody, la marca italiana debe estar vendiendo como pan caliente entre los que pueden pagarlo. De inmediato me vino a la mente lo importante que se ha vuelto la marca y lo ridículamente fácil que es conseguir un sastre en Reforma que te haga un traje que se vea de la misma o mejor calidad, a tu medida exacta y por una fracción del precio. Pero esta gente no tiene ni el tiempo ni la curiosidad para andar buscando viejos artesanos en las profundidades de una vecindad que la verdad hasta a mi me causa desconfianza. Aún así en este evento los trajes no son la regla sino la excepción, hay que reconocer que los que lo portan por lo menos usan buenos cortes, haciendo juego con automóviles que opacan fácilmente el Beetle turbo de mi fotógrafo, ni hablar de mi viejo Mustang que por suerte dejé estacionado frente a la redacción. El resto de los hombres se podría dividir en dos categorías, los que visten de negro, tirando a lo seguro como mi fotógrafo, y los que combinaron camisa de algodón o lino, tejidos siempre adecuados para una noche de verano, (Con o sin sueño shakesperiano) y pantalones de mezclilla que seguramente costaron más de doscientos dólares. Sorprendí a alguno abusando de la temporada al usar impunemente mocasines sin calcetín, pecado capital que solo puede ser parcialmente aceptable en una fiesta de disfraces si tratas de verte como un personaje de Miami Vice.

- Mira López, esos son los diseñadores.- Dice mi fotógrafo señalando a un par de chavos de treaintaypocos.
- Lo hubiera adivinado, son los únicos que se visten peor que nosotros.
- Que tu.
- Bueno, que yo.

En efecto, haciendo un gran esfuerzo por verse originales, uno usa pantalón de lino blanco, sandalias de dos tiras y chaleco sin camisa. Mientras que el otro se inclina por un look mezcla de avant garde y retro, con un saco de sobrio corte recto estilo 50’s con exterior de seda tornasolada, camisa floreada probablemente Prada y pantalones vintage que bien podrían ser Fendi. No suele suceder que un diseñador vista marcas, pero de todo se ve en esta vida, y una buena copia siempre se puede mandar a hacer a alguna de las costureras del atellier. Me acerco a través de la nube de amigos y conocidos pensando en hacer una entrevista, error, ya hay dos compañeras de prensa, la competencia, que se dan a la tarea con singular alegría, una vestida muy conservadora de Gucci y la otra con un conjunto a lo J Lo, uno de los grandes problemas de las mujeres que se quieren vestir como Jennifer es que no se dan cuenta que para ponerse esos pantalones hay que tener con que llenarlos como ella. Y la chica de “La Visión” carece de los atributos necesarios. De todos modos ellas ya estaban haciendo la entrevista y me ahorran trabajo, solo me limito a escuchar preguntas y respuestas, al fin y al cabo lo digno de comentarse vendrá con el desfile y los diseñadores seguramente están pensando en la oportunidad de escaparse a los vestidores a revisar los últimos detalles. Me pregunto como mis colegas se las arreglan para vestir aproximadamente el sueldo de tres meses, pero probablemente el periodismo de modas es una afición más que un medio de vida. A excepción de quienes trabajan en Voge o Cosmo. Como con mis colegas, es en las féminas en donde se ve la variedad de la moda y las más terribles barbaridades, porque en las mujeres es donde hay más conciencia de la marca y menos de el gusto, aunque la opinión general sea la contraria, son mayoría las damas capaces de arruinar totalmente un conjunto por querer combinar una bolsa Luis Vuitton (Que, seamos francos, año con año se vuelve cada vez más incombinable, sobretodo con los diseños de Murakamy, homólogo de mi adorado escritor) en donde la sobriedad de Prada sería lo adecuado.

Finalmente mi fotógrafo me dirige una señal de victoria, ha encontrado el bar en un cuarto contiguo y me insta a unirme a el. La selección de bebidas no es mala, Ginebra Bombay, Whiskey Ballantines doce años y Vodka Stolichnaya, pedí un gin tonic que no estaba del todo mal mezclado y me dirigí al área central para estar cerca del desfile. La colección no desmerece al evento, aunque en el trabajo de modelaje se vieron demasiadas amiguitas de los diseñadores que definitivamente no cumplen con los estándares mínimos para caminar en una pasarela, la ropa se lució de todos modos, con una marcada preferencia por el naranja que me recordó aquel terrible episodio hace un par de años cuando Brad Pitt apareció fotografiado en el periódico con una camiseta de ese color y repentinamente las calles de nuestra ciudad se vieron más cítricas que Montemorelos en plena temporada. Las telas estuvieron bien manejadas con cortes que aprovechaban caída y vuelo de la mejor manera. Escotes muy pronunciados astutamente cubiertos con transparencias y tafetanes, y es que siempre el mejor efecto es sugerir en vez de enseñar. También se hacía uso liberal de pashminas y mascadas que me hicieron recordar al zarape de la Loaeza. La moda masculina se veía más bien forzada, haciendo uso de los mismos cortes rectos ampliandose hacia abajo con un toque retro que ya está bastante demodé después de dos temporadas y horribles cuellos con cordón que dan ese aire marinero que no le queda ni a las más cursis colecciones de verano de EDOARDOS, que ya es mucho decir. Los zapatos si eran buenos, pero evidentemente no formaban parte de la colección y alcancé a ver que al salir de el área alfombrada de la pasarela todos se los quitaban, sin duda prestados por algún amigo con zapatería.

- Ya estuvo,- le dije a mi fotógrafo poco antes de finalizar el desfile. – Vámonos antes de que esto se vuelva un caos.
- ¡Pero apenas va a comenzar la fiesta! – Protestó.
- Yo me voy, ya vi suficiente, prefiero terminar la nota temprano, si quieres tomo un taxi.

Al llegar a la redacción me senté frente a la computadora a escribir mi nota, un poco indeciso sobre como comenzar. Le pedí a un compañero que iba de salida.

- Martín, si puedes de regreso traes un refresco y unos cigarros, para que nos visiten las musas.
- No López, esas ya no vienen, hay que bajarlas de internet.

Después de haber conseguido yo mismo mis provisiones finalmente me di a la tarea. “Predominó el uso de mangas largas... casi nadie llevaba bolsa... todas las modelos eran muy delgadas...” Buen inicio para la nota.

A la noche siguiente Oscar me recibió igual de amable que siempre.
- Que basura de nota, definitivamente no te vuelvo a mandar a cubrir moda López. No sabes ni jota.
- Lo siento, te dije que no era lo mío.
- Limítate a los libros y ya.
- Ya sé, tengo que reconocer mis limitaciones.
- Por cierto, ya me dijo la de recepción que ahora traes el cinturón por encima de la etiqueta... ¿Que sentidito me saliste eh!
- Vayanse a chiflar a Sumatra todos.

Es que a mi solo me gustan los libros.

4 Comentarios:

Blogger Esmeralda dijo...

Me encantó tu blog perrito, la verdad me impresiona tu sentido de la moda, y tiene razón Rod, la próxima me cuidaré de usar siempre la ropa adecuada cada vez que te vea, porque sabes mucho sobre el tema...
Y cuando vaya a un desfile de modas, que tengo uno la próxima semana, te invitaré para que me des tu punto de vista :O)

11/11/04 15:32  
Blogger Noxiouz dijo...

Hola,sólo comentarte 5 simples cosas:
-Lo bueno que no sabes de modas,jajaja.
-Envidio tu trabajo.
-Pues la mayoría de mi ropa prefiero diseñarla yo y mandármela a hacer,así que no sé a dónde me mandaste...
-Ya me siento mejor sabiendo que hay alguien más que es adicto al café.
-La nicotina es deliciosa para la inspiración así como la taza de café...ya desvarío...
Saludos.

12/11/04 03:01  
Blogger Noxiouz dijo...

Hola,gracias por tu comment.
Pues bien,te diré que precisamente por ello,uno apenas platica con el vecino y estoy de acuerdo contigo en lo de la televisión,que con tal de ganar rating,lograr patrocinadores o un montón de cosas serían capaz de decir que Dios les habló en sueños para decirles que el mundo se acaba mañana...de hecho eso me recuerda al documental de "Masacre en Columbine" bastante bueno,pero creo que ingiere en más cosas interesantes que en la masacre en sí (lo cual aplaudo).
Bueno,todo este rollo extenso para decirte que estoy de acuerdo...por algo digo que también formo parte de la misma comunidad.
Es como el ebrio que reconoce serlo y dice que es mal y le aconseja a alguien más a que no sea así,pero sigue bebiendo...irónico o patético? no lo sé...una pregunta que tal vez se quedará en el recuerdo...

12/11/04 12:00  
Blogger mau dijo...

jajaja muy bueno, a mi tmb me criticaron mi atuendo otoño invierno en clandestino vdd, quesque ahi no se va uno asi, pues ña! q sabe el perro de modas?

12/11/04 16:32  

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