El Poeta continua esperando a la princesa...
Despues de compartir varias, bastantes copas de la nostálgica bebida el cuenta cuentos inquirió al poeta.
-Amigo poeta. ¿Y la princesa por la cual estamos en este estado?
-Ah pues he de contarte que ella continúa en otro estado, a saber el estado de Sonora..
Y el cuentacuentos respondió con su habitual elocuencia.
-Oh...
-Y es que establecí comunicación lejana, cuasitelepática con el mencionado dracogro, que resulto ser un dracogro de la peor calaña, botudo y bigotaceo. Basicamente expresó lo que sigue:
Que deje en paz a la princesa
Que no la busque más
Y una sarta de barbaridades que no me atrevo a repetir porque sería gastar tu tiempo, amigo cuenta cuentos, que se que tienes mucho disponible pero no por ello es menos valioso. Para finalizar se aventó la preciosa frase- ¿Me entiendes?--
-¿Y cual fue tu apropiada respuesta valeroso poeta?
-Pues que le entiendo a la perfección, pero no pienso hacerle caso.
-¡Brindo por eso!
-Pues esperemos que no brindes por mi vida.
Y es que habrase de saber que el multimencionado dracogro, no solo era botudo y bigotaceo, sin que aparte pertenecía a una misteriosa agrupación subversiva, inversiva y responsiva, y que entre sus planes malévolos estaba el de mandar a la princesa a cierto castillo celosamente custodiado en las cercanías de Caborca. Con Lo que nuestros héroes, cuenta cuentos y poeta, se encontraban que ya no enfrentaban a un solo dracogro, temible por peligroso e impredecible, sino a toda una organización de dracogros sombrerosos, bigotaceos y botudos que se dedicaban a maquinar obscuros planes como inundar el mercado de mercancías nocivas para la salud, videos piratas del chavo del 8, discos de Leo Dan y chicles bombita de plátano.
-Amigo poeta, como dice la frase del sabio anciano. ¡Como que con huaraches te metes al lodo! ¡Nos has metido de frente y de costado en medio de una peligrosa mafia de dracogros!
-No puedo evitarlo, hace días que no como, duermo sin soñar y el papel y la tinta me causan alergia de tanto extrañar a mi princesa.
-Si es así, nos la rifaremos, al fin la vida es para que se acabe, no para que se olvide de tanto aburrimiento.
Pero lo que el cuenta cuentos desconocía, y el poeta no, es que la princesa, por azares del destino, contaba con un hada madrina. Una hada tía para más detalles. La cual sentía por su sobrina y por el poeta un tierno cariño. Y sabía que el lugar de los que se aman es estado juntos. Así que haciendo uso de sus artes mágicas engaño los sentidos del dracogro, que ya de por si bastante embotado se hallaba, observando un partido entre Naranjeros de Hermosilo y Tomateros de Culiacán. Y sustrajo a la princesa de sus sucias garras.Con grán riesgo para su persona, la de la princesa, la del poeta, la del cuentacuentos y hasta la de un poeta guitarrero de Calacoaya que no ha aparecido en el cuento, pero ahí estaba. Y colocó a la hermosa doncella en una cueva misteriosa.
Al percatarse de esto el dracogro montó en colera (Como buen dracogro montaperros, pues "Colera" era el nombre de un perro de a cuadra) y mandó a sus secuaces a resguardar aeropuertos, centrales camioneras, sitios de taxis y pizzerías de esas que entregan a domicilio, por temor a que la princesa abandonara la ciudad.
¿Y que pasó? Que el Cuenta cuentos siguió contando este cuento, y el Poeta siguió sin comer (Cuentan las malas lenguas que está hecho un figurín por la dieta forzada) y el poeta guitarrero de Calacoaya siguió desayunando tortas de tamal y tocando su guitarra, todos con la secreta esperanza de que la princesa llegará pronto, o de lo contrario irán a rescatarla en caravana armada de guitarra, jarana y tres diferentes plumas, que bien se sabe que suelen ser más poderosas que las más afiladas espadas.
¡Ya vente princesa!
-Amigo poeta. ¿Y la princesa por la cual estamos en este estado?
-Ah pues he de contarte que ella continúa en otro estado, a saber el estado de Sonora..
Y el cuentacuentos respondió con su habitual elocuencia.
-Oh...
-Y es que establecí comunicación lejana, cuasitelepática con el mencionado dracogro, que resulto ser un dracogro de la peor calaña, botudo y bigotaceo. Basicamente expresó lo que sigue:
Que deje en paz a la princesa
Que no la busque más
Y una sarta de barbaridades que no me atrevo a repetir porque sería gastar tu tiempo, amigo cuenta cuentos, que se que tienes mucho disponible pero no por ello es menos valioso. Para finalizar se aventó la preciosa frase- ¿Me entiendes?--
-¿Y cual fue tu apropiada respuesta valeroso poeta?
-Pues que le entiendo a la perfección, pero no pienso hacerle caso.
-¡Brindo por eso!
-Pues esperemos que no brindes por mi vida.
Y es que habrase de saber que el multimencionado dracogro, no solo era botudo y bigotaceo, sin que aparte pertenecía a una misteriosa agrupación subversiva, inversiva y responsiva, y que entre sus planes malévolos estaba el de mandar a la princesa a cierto castillo celosamente custodiado en las cercanías de Caborca. Con Lo que nuestros héroes, cuenta cuentos y poeta, se encontraban que ya no enfrentaban a un solo dracogro, temible por peligroso e impredecible, sino a toda una organización de dracogros sombrerosos, bigotaceos y botudos que se dedicaban a maquinar obscuros planes como inundar el mercado de mercancías nocivas para la salud, videos piratas del chavo del 8, discos de Leo Dan y chicles bombita de plátano.
-Amigo poeta, como dice la frase del sabio anciano. ¡Como que con huaraches te metes al lodo! ¡Nos has metido de frente y de costado en medio de una peligrosa mafia de dracogros!
-No puedo evitarlo, hace días que no como, duermo sin soñar y el papel y la tinta me causan alergia de tanto extrañar a mi princesa.
-Si es así, nos la rifaremos, al fin la vida es para que se acabe, no para que se olvide de tanto aburrimiento.
Pero lo que el cuenta cuentos desconocía, y el poeta no, es que la princesa, por azares del destino, contaba con un hada madrina. Una hada tía para más detalles. La cual sentía por su sobrina y por el poeta un tierno cariño. Y sabía que el lugar de los que se aman es estado juntos. Así que haciendo uso de sus artes mágicas engaño los sentidos del dracogro, que ya de por si bastante embotado se hallaba, observando un partido entre Naranjeros de Hermosilo y Tomateros de Culiacán. Y sustrajo a la princesa de sus sucias garras.Con grán riesgo para su persona, la de la princesa, la del poeta, la del cuentacuentos y hasta la de un poeta guitarrero de Calacoaya que no ha aparecido en el cuento, pero ahí estaba. Y colocó a la hermosa doncella en una cueva misteriosa.
Al percatarse de esto el dracogro montó en colera (Como buen dracogro montaperros, pues "Colera" era el nombre de un perro de a cuadra) y mandó a sus secuaces a resguardar aeropuertos, centrales camioneras, sitios de taxis y pizzerías de esas que entregan a domicilio, por temor a que la princesa abandonara la ciudad.
¿Y que pasó? Que el Cuenta cuentos siguió contando este cuento, y el Poeta siguió sin comer (Cuentan las malas lenguas que está hecho un figurín por la dieta forzada) y el poeta guitarrero de Calacoaya siguió desayunando tortas de tamal y tocando su guitarra, todos con la secreta esperanza de que la princesa llegará pronto, o de lo contrario irán a rescatarla en caravana armada de guitarra, jarana y tres diferentes plumas, que bien se sabe que suelen ser más poderosas que las más afiladas espadas.
¡Ya vente princesa!
2 Comentarios:
Ya sé qué quiero ser de grande!!! Quiero ser el hada (tía) buena onda que afortunadamente nunca falta en las historias de amor como la de la princesa y el poeta... Que tenga un final feliz y muy duradero... aunque mis sueños guajiros de conquistar al poeta se desvanezcan, yo seré feliz por mi lado :)
Ojalá puedan encontrarse pronto la princesa y el poeta, porque ya pasó mucho tiempo y nada! qué desesperante :O(
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal