Cítricos
Publicado en la última mandarina aparece un cuento de un servilleta, bajo el pseudónimo "Pedro Cañejero", nomás por fantasioso que es uno. Los de monterrey bsuquen la revista en los lugares acostumbrados. DiMassimo, Libeko, UANL, ITESM, UDEM, y otros sitios de vicio y perdición.
En línea no encuentran el cuento pero si algunas cosas interesates en
el cuento, pues pa los que no están en Mty... aquí se los paso.
Gracias a Moma por el diseño de página, me gusto mucho, y no es por nada pero la foto (Las flore, yo las tomé en casa de mi hermanita) no sabía que un día se podía ver tan bien, eso es un excelente diseño, por eso quiero conseguirme una Moms de bolsillo para llevarla conmigo a todas partes.
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Visitas.
Normalmente a esta hora, justo cuando me decido finalmente a lavar los platos, tocan la puerta. Por eso dejo la puerta de mi diminuto depto entreabierta. Hoy, para no romper la costumbre, la puerta comenzó a abrirse en cuanto enjaboné la tercera taza.
-Adelante.-
-Hasta que se me hace verte lavando los trastes gordo.-
-Pues es que cuando te fuiste ya no había quien lo hiciera, y ahora soy ecológico, estoy en contra de los platos desechables.-
-Bueno, finalmente algo cambia en esta casa.-
-Aparte de que ya no vienes a verme tan seguido.-
-No te quiero molestar.-
-Nunca molestas, al contrario. Siéntate en lo que termino. Estas en tu casa.-
-¿Ya no es nuestra casa?-
-No.-
Cuando Daniela viene a visitarme, la casa se siente un poco menos obscura, y cada vez pienso que por alguna razón nunca estoy escuchando la música adecuada, la que le gusta a ella, la que dejé de escuchar cuando se fue. Como siempre se dirige primero a mi aparato de sonido y rebusca entre el montón de discos que se apilan en desorden a su lado. Lo bueno es que siguen ahí todos los que ella me ha regalado, aunque casi nunca los escucho.
-¿Y este disco de la Anderson?- Pregunta señalándolo con gesto de divertida interrogación.
-Lo acabo de comprar, está bastante bueno.-
-Creí que no te gustaba.-
-A ti es a la que nunca te gustó.- Dije secándome las manos en el pantalón.- A mi me parece bueno, no para escuchar todos los días, pero algunas noches lo pongo y me fumo un cigarro mientras lo escucho.-
-Entonces no has dejado de fumar.-
-Ni de beber, de hecho ahora tomo más, pero ya no me meto ninguna otra cosa.-
Se ríe, Su risa corta suena como un recuerdo de otra vida, una vida que era mejor y peor al mismo tiempo.- ¿Y que pasó con el señor atasque?-
-El señor atasque se dio cuenta que sobrio disfruta más la vida.-
-Dices que ahora tomas más.-
-Pero me embriago menos, una cerveza por las noches, unas copas con los amigos... ya no llego a las borracheras de antes. ¿Quieres una cheve? Para celebrar que me visitan fantasmas del pasado.-
Me regala otra risa hermosa, quisiera apagar la música, cerrar la puerta, apagar la luz, quedarme solo con esa risa hasta mañana.
–No me he desaparecido tanto tiempo, y en ese caso tu también eres un fantasma del pasado, nunca me visitas.-
-Ya nunca estás en casa.-
-Sabes donde encontrarme.-
-Un día voy a ir, pero te aviso, para no encontrarme con otro de tus novios.-
-Nunca fuiste mi novio.-
-Bueno, con otro...-
-Tonto...- Se ríe de nuevo, su risa fácil, su risa líquida que toma la forma del lugar donde la suelta, se acaba y deja un regusto en el aire como de campo llovido.- Tonto... ¿Y que estás haciendo ahora? Aparte de aprender a mantener una casa limpia...-
-Escribir, se acabó la beca y voy pasando con mis dibujos, pero me dedico también a hacer reportajes de viajes.-
-Entonces que suerte que te encontré en casa.-
Ahora es mi turno de reírme, aunque mi risa no suene tan alegre como la suya, ni tan limpia.
–Pues no, escribo sobre viajes, no viajo, no es tan difícil, de cualquier modo los lectores rara vez van a los destinos sobre los que escribo, así que nunca he tenido una queja.-
-Sigues siendo un mentiroso entonces.-
-Si así quieres llamarlo, yo prefiero definirme como un viajero virtual, virtualmente he estado en todo el mundo, puedo recomendarte donde comprar saris en Madrás, o que territorios de Etiopía evitar, incluso puedo decirte donde conseguir un abrigo de piel a precio de risa en Moscú, todo está aquí.- Digo, señalándome la sien.
-Sí, un farsante.-
-En efecto.-
Abro la ventana para dejar escapar el sabor de su risa, con la esperanza de que así quepa un poco más de ella entre estas cuatro paredes que encierran mi vida pequeñita. Tomo mi lugar en el sillón, el sillón tan feo y tan incómodo que vendí justo después de que ella se marchara, lo encontré en una venta de garage dos años después, más viejo, más feo, igual de incómodo, imposible resistirse a la tentación de comprarlo de nuevo. Ella sigue navegando por la mínima sala, como reconociendo diferencias en una casa que realmente es exactamente igual a la que ella dejó, creo que yo también soy el mismo.
Se aproxima a la pared y acaricia mi guitarra. -¿Y ya la tocas? ¿O la sigues usando de adorno?-
-Estoy tomando clases por las noches en la casa de la cultura, junto con un montón de adolescentes que creen que tocándola van a conquistar chicas más fácil.-
Lo mejor de su risa es que sé como hacer que nazca, cada vez diferente, siempre igual.
-¡Vaya, otra novedad! ¿Y tú porque estas aprendiendo entonces?-
-Para conquistar chicas, en eso no he cambiado.-
-No necesitaste la guitarra para conquistarme.-
-Nunca quisiste ser mi novia.-
-Vivimos juntos. ¿Eso no cuenta?-
-Cuenta mucho y cuenta poco, ahora quiero convencer a alguien de que sea mi novia y después viva conmigo, dicen que así se hacen estas cosas.-
-Sigues sin saber nada de nada.-
-Y así me quisiste.-
-Así te quiero gordo. Pero ya me tengo que ir. Ven a visitarme un día.-
-Voy a ir. Te lo prometo.-
Camina hacia la puerta haciendo apenas el gesto de poner su mano en mi hombro, despidiéndose sin despedirse, como acostumbra, se detiene antes de cruzar el umbral.
-¿No quieres darme un beso?-
-No bonita, los estoy guardando para un día dártelos todos juntos, están en esa caja junto a la pecera.-
-Loco... cuídate mucho... te quiero.-
-Deja la puerta abierta bonita... yo también te quiero.-
La casa no se siente menos llena ni más fría cuando se marcha, es exactamente igual. Me fumo tres cigarros en lo que me tomo mi cerveza y miro la suya que descansa en la barra sin que ella la tocara. Estoy cambiando de música cuando la puerta se vuelve a abrir.
-Noches negro...-
-Noches Jorge... ¿Que te trae por acá?-
-Nada, estaba aburrido, tú siempre estás solo, así que vine a echarme una chela contigo y ver el juego.-
-O sea que como siempre no sirve tu tele.-
-Exacto, ¿Esa es mi chela? Ya empezaste sin mí, que mala educación.-
-Vino Daniela a saludar.-
-Negro, Daniela está muerta...-
-Tu también, y de todas maneras vienes a ver el fútbol.-
-Eso que ni qué. Pásame mi chela… Oye, no te sientes raro de ver fantasmas-
-¡Pinche Jorge! ni muerto se te quita lo pendejo. Ustedes no son fantasmas, son mis recuerdos… bonitos recuerdos.-
En línea no encuentran el cuento pero si algunas cosas interesates en
el cuento, pues pa los que no están en Mty... aquí se los paso.
Gracias a Moma por el diseño de página, me gusto mucho, y no es por nada pero la foto (Las flore, yo las tomé en casa de mi hermanita) no sabía que un día se podía ver tan bien, eso es un excelente diseño, por eso quiero conseguirme una Moms de bolsillo para llevarla conmigo a todas partes.
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Visitas.
Normalmente a esta hora, justo cuando me decido finalmente a lavar los platos, tocan la puerta. Por eso dejo la puerta de mi diminuto depto entreabierta. Hoy, para no romper la costumbre, la puerta comenzó a abrirse en cuanto enjaboné la tercera taza.
-Adelante.-
-Hasta que se me hace verte lavando los trastes gordo.-
-Pues es que cuando te fuiste ya no había quien lo hiciera, y ahora soy ecológico, estoy en contra de los platos desechables.-
-Bueno, finalmente algo cambia en esta casa.-
-Aparte de que ya no vienes a verme tan seguido.-
-No te quiero molestar.-
-Nunca molestas, al contrario. Siéntate en lo que termino. Estas en tu casa.-
-¿Ya no es nuestra casa?-
-No.-
Cuando Daniela viene a visitarme, la casa se siente un poco menos obscura, y cada vez pienso que por alguna razón nunca estoy escuchando la música adecuada, la que le gusta a ella, la que dejé de escuchar cuando se fue. Como siempre se dirige primero a mi aparato de sonido y rebusca entre el montón de discos que se apilan en desorden a su lado. Lo bueno es que siguen ahí todos los que ella me ha regalado, aunque casi nunca los escucho.
-¿Y este disco de la Anderson?- Pregunta señalándolo con gesto de divertida interrogación.
-Lo acabo de comprar, está bastante bueno.-
-Creí que no te gustaba.-
-A ti es a la que nunca te gustó.- Dije secándome las manos en el pantalón.- A mi me parece bueno, no para escuchar todos los días, pero algunas noches lo pongo y me fumo un cigarro mientras lo escucho.-
-Entonces no has dejado de fumar.-
-Ni de beber, de hecho ahora tomo más, pero ya no me meto ninguna otra cosa.-
Se ríe, Su risa corta suena como un recuerdo de otra vida, una vida que era mejor y peor al mismo tiempo.- ¿Y que pasó con el señor atasque?-
-El señor atasque se dio cuenta que sobrio disfruta más la vida.-
-Dices que ahora tomas más.-
-Pero me embriago menos, una cerveza por las noches, unas copas con los amigos... ya no llego a las borracheras de antes. ¿Quieres una cheve? Para celebrar que me visitan fantasmas del pasado.-
Me regala otra risa hermosa, quisiera apagar la música, cerrar la puerta, apagar la luz, quedarme solo con esa risa hasta mañana.
–No me he desaparecido tanto tiempo, y en ese caso tu también eres un fantasma del pasado, nunca me visitas.-
-Ya nunca estás en casa.-
-Sabes donde encontrarme.-
-Un día voy a ir, pero te aviso, para no encontrarme con otro de tus novios.-
-Nunca fuiste mi novio.-
-Bueno, con otro...-
-Tonto...- Se ríe de nuevo, su risa fácil, su risa líquida que toma la forma del lugar donde la suelta, se acaba y deja un regusto en el aire como de campo llovido.- Tonto... ¿Y que estás haciendo ahora? Aparte de aprender a mantener una casa limpia...-
-Escribir, se acabó la beca y voy pasando con mis dibujos, pero me dedico también a hacer reportajes de viajes.-
-Entonces que suerte que te encontré en casa.-
Ahora es mi turno de reírme, aunque mi risa no suene tan alegre como la suya, ni tan limpia.
–Pues no, escribo sobre viajes, no viajo, no es tan difícil, de cualquier modo los lectores rara vez van a los destinos sobre los que escribo, así que nunca he tenido una queja.-
-Sigues siendo un mentiroso entonces.-
-Si así quieres llamarlo, yo prefiero definirme como un viajero virtual, virtualmente he estado en todo el mundo, puedo recomendarte donde comprar saris en Madrás, o que territorios de Etiopía evitar, incluso puedo decirte donde conseguir un abrigo de piel a precio de risa en Moscú, todo está aquí.- Digo, señalándome la sien.
-Sí, un farsante.-
-En efecto.-
Abro la ventana para dejar escapar el sabor de su risa, con la esperanza de que así quepa un poco más de ella entre estas cuatro paredes que encierran mi vida pequeñita. Tomo mi lugar en el sillón, el sillón tan feo y tan incómodo que vendí justo después de que ella se marchara, lo encontré en una venta de garage dos años después, más viejo, más feo, igual de incómodo, imposible resistirse a la tentación de comprarlo de nuevo. Ella sigue navegando por la mínima sala, como reconociendo diferencias en una casa que realmente es exactamente igual a la que ella dejó, creo que yo también soy el mismo.
Se aproxima a la pared y acaricia mi guitarra. -¿Y ya la tocas? ¿O la sigues usando de adorno?-
-Estoy tomando clases por las noches en la casa de la cultura, junto con un montón de adolescentes que creen que tocándola van a conquistar chicas más fácil.-
Lo mejor de su risa es que sé como hacer que nazca, cada vez diferente, siempre igual.
-¡Vaya, otra novedad! ¿Y tú porque estas aprendiendo entonces?-
-Para conquistar chicas, en eso no he cambiado.-
-No necesitaste la guitarra para conquistarme.-
-Nunca quisiste ser mi novia.-
-Vivimos juntos. ¿Eso no cuenta?-
-Cuenta mucho y cuenta poco, ahora quiero convencer a alguien de que sea mi novia y después viva conmigo, dicen que así se hacen estas cosas.-
-Sigues sin saber nada de nada.-
-Y así me quisiste.-
-Así te quiero gordo. Pero ya me tengo que ir. Ven a visitarme un día.-
-Voy a ir. Te lo prometo.-
Camina hacia la puerta haciendo apenas el gesto de poner su mano en mi hombro, despidiéndose sin despedirse, como acostumbra, se detiene antes de cruzar el umbral.
-¿No quieres darme un beso?-
-No bonita, los estoy guardando para un día dártelos todos juntos, están en esa caja junto a la pecera.-
-Loco... cuídate mucho... te quiero.-
-Deja la puerta abierta bonita... yo también te quiero.-
La casa no se siente menos llena ni más fría cuando se marcha, es exactamente igual. Me fumo tres cigarros en lo que me tomo mi cerveza y miro la suya que descansa en la barra sin que ella la tocara. Estoy cambiando de música cuando la puerta se vuelve a abrir.
-Noches negro...-
-Noches Jorge... ¿Que te trae por acá?-
-Nada, estaba aburrido, tú siempre estás solo, así que vine a echarme una chela contigo y ver el juego.-
-O sea que como siempre no sirve tu tele.-
-Exacto, ¿Esa es mi chela? Ya empezaste sin mí, que mala educación.-
-Vino Daniela a saludar.-
-Negro, Daniela está muerta...-
-Tu también, y de todas maneras vienes a ver el fútbol.-
-Eso que ni qué. Pásame mi chela… Oye, no te sientes raro de ver fantasmas-
-¡Pinche Jorge! ni muerto se te quita lo pendejo. Ustedes no son fantasmas, son mis recuerdos… bonitos recuerdos.-
4 Comentarios:
No sé porqué no hay comments aquí, debe ser porque escribiste muy pronto después de este post, dale a la gente la oportunidad de leerlo. Tú ya sabes lo que pienso de él :)
Como te dije antes... simplemente WOW con tu cuento!
me quede con ese sentimiento en el estómago... y me voy a dar un baño, y seguramente pensaré en ese cuento...que además me recomendó mal bicho...
me robaste las palabras, que te puedo decir... comparto el sentimiento, no sabes cuanto, si tienes tiempo, lee sobre mis fantasmas...
hasta ahora... es el mejor cuento que no he leído en un libro, el mejor... el que me dejo con los ojos llenos... de mis propios recuerdos.
gracias!!!!
me quede con ese sentimiento en el estómago... y me voy a dar un baño, y seguramente pensaré en ese cuento...que además me recomendó mal bicho...
me robaste las palabras, que te puedo decir... comparto el sentimiento, no sabes cuanto, si tienes tiempo, lee sobre mis fantasmas...
hasta ahora... es el mejor cuento que no he leído en un libro, el mejor... el que me dejo con los ojos llenos... de mis propios recuerdos.
gracias!!!!
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