lunes, febrero 07, 2005

Estos viajes.

Van a acabar conmigo, aún no abro los ojos y estoy ya pensando que necesito tener listo el boleto para Chihuahua en la mañana y de regreso a México, a ver cuando vuelvo a pisar la casa, porque los de allá están aferrados en que me quede el tiempo necesario para que les solucione hasta las boletas de calificaciones de sus hijos. Y con lo que me gusta viajar a Chihuahua y recordar los pésimos ratos que pasé ahí, después tengo que asegurarme de que los entregables se pueden realmente entregar y que no va a haber quejas del departamento de logística por una cifra que se les ocurre pedir de ultimo momento. Y me sigo hundiendo cada vez más en la almohada.

Después de un rato me pregunto como pude dormir ocho horas con ese zumbido intermitente en mi oído. Y me acuerdo que es tu aliento, y que me gusta sentirlo, que por eso duermo tan cerca de ti.

-Hola tu.
-Hola yo.

Aparte de todo voy a tener que viajar con la laptop y eso significa que no tendré pretexto para dejar de entregar los reportes, y tener que andar cargando una maleta extra.

-¿Como dormiste guapo?
-Rico rico… ¿Y tu?

¡Carajo, y no he configurado la madrinola esa para poderme conectar desde el hotel, y así como voy a poder escribirle al Tomás el listado que me pidió!

-¿Que piensas?
-Que cada vez que despierto me enamoro.
-Mentiroso, pero más te vale que te despiertes entonces siempre conmigo.
-Lo intentaré.

Si tienes los ojos hinchados, y el golpe de tu almohada falla por casi veinte centímetros… ¿Como diablos no enamorarse cada mañana?

¿En que estaba pensando?


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