domingo, febrero 06, 2005

Volver, volver, volver...

En la madrugada volví, a encontrarme de nuevo con la vieja dama de 400 años, apenas cumplidos, que me ofrece su recibida más gris y fría. Que extraño es una vez más ir reconociendo calles por la ventanilla del autobús, ir sintiéndome cada vez más adentro de esta ciudad de la que me he enamorado mil veces, a la que odiado mil veces más. Y ella que me ha tratado siempre con lejana indiferencia, como un pretendiente ligeramente incómodo. Vieja doncella de hierro que proyecta sus púas contra mis costillas, al tiempo que su negra coraza me protege del exterior. Pinche ciudad industrial, preciosas calles grises y aburridas por donde he caminado con mi mochila siendo ingeniero, actor, escritor, reportero, fotógrafo y vagabundo, alternativa y simultáneamente.

Estoy de vuelta en Monterrey para añorar todas las vidas que no son la mía.

Y disfrutar todas las vidas que si lo son. Todas las vidas del mismo tipo, enamorado de la misma mujer con diferentes caras, la misma ciudad con diferentes calles, y de mi cámara, y de mis plumas.

A dormir en cama propia, aunque sea con mi propia soledad, y a aprovechar que vivimos tiempos de decisiones extrañas.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

la vida es un eterno despedirse
los dias pasan, vuelan como hojas
acróbatas sobre una cuerda floja
se ganan el amor al descubrirse
compartiendo alegrias y congojas
...............................
verso desde mi gris y mi frío

6/2/05 21:50  
Anonymous Anónimo dijo...

desiciones extrañas y trabajos extraños.... :)

7/2/05 02:34  

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