lunes, febrero 07, 2005

Genes

Soy de los pocos de mi generacion que aun tienen cuatro abuelos vivos.

Conoci a dos bisabuelos.

La bisabuela Pia fumaba constantemente carmencitas, los tomaba con cuatro dedos, como si sujetara una boquilla, anciana oaxaqueña que me obsequiaba mandarinas cuando yo, panzon y morenito niño de ojos grandes, "Ojitos de colorin" decía ella, iba a saludarla y pedirle la bendición. Sospecho que solo como tramite para obtener mandarinas. Bebía a veces unos sorbos cortos bien saboreados de un vaso de mezcal que sospecho que ya no se puede conseguir, ni siquiera en su barrio adoptado de Santa María la Ribera, ni en Oxaca. Murió a los 95 años, dormida, como debe uno morir.

Mi bisabuelo era conocido por todos como "El jefe", con un amplio bigote atusable y adornable que ocultaba su sonrisa aspera. Norteño, de Montemorelos, ojos claros y altura imponente, media lo mismo que yo, que en sus tiempos era muy considerable, me heredó talla y compostura. No el gusto por domar caballos. Pero si su bastón estoque, con el que mi tio cuenta que el jefe ahuyentó a un par de ladrones cuando contaba con sesenta años. Fumaba cigarro de hoja, uno tras otro, sufría de enfisema pulmonar a la tierna edad de 93 años. Pero cuando murió se quedo dormido tocando la guitarra. La mujer que me enseñó leer diría "Esa muerte yo la compraría". El jefe tenía un hermano cura, cuando viajaron a la ciudad de méxico le pidió que le descosiera un peso (En esa época se guardaba el dinero cosiendolo en el forro del saco, o adentro del cinturon) con una navaja en pleno Zócalo. Mi tio bisabuelo, el cura, procedió a sacar la navaja, y el jefe grito pidiendo ayuda pues lo asaltaban. Tal vez tambien me heredo algo de su sentido del humor. Es siempre comico ver a un cura en la carcel, aunque sea tu hermano.

Un abuelo estudió ingeniería, y despues dedicó a la fotografía. Cambiandole el rumbo a su vida, eso se lo heredó a mi padre, despues a mi. Aún ahora hablo con el de las novedades y descubro que sigue leyendo y sabiendo más que yo. En su biblioteca descubrí mas de un tesoro que sigo consultando cada vez que aterrizo en su casa. Aun a sus ochentaitantos lee mis cuentos y los critica sin miedo. Me enseñó que a las meseras y las cajeras en los bancos hay que hablarles bonito para que te hagan caso. Creo que le funciona mejor a el, que es un dulce anciano, que a mi, que soy gañan.

El otro abuelo se fué a vivir a un rancho despues de ser educado en la ciudad. Como los demas rancheros le decían que sus puercos no eran finos el día de la feria les puso corbata a todos y cada uno, hasta los lechones. Dijo "Mis cerdos no serán finos. ¿Pero que tal elegantes?". Cuando hicieron la presa de la boca el fué topografo y participó en todo el proceso, me cuenta como era el pueblo de Santiago antes de que se cubriera de agua. Charlar con el de la segunda guerra es mejor que leer todos los libros que sobre ella se han escrito. El no entiende que yo navegue en otras aguas, a veces asustado de la herencia de nvegantes que mi otro abuelo y mi padre me han dado.

Si no pasa nada viviré mínimo noventa años, segun mis genes.

¿Que contaran mis nietos y bisnietos de mi? Si es que alguno le gusta contar historias y sumergirse en ellas para averiguar por que es quien es.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

JEBUSITO

Se mama usted Pablo, me gusto mucho su post. A mí ya solo me queda una abuela... a como extraño a mi abuelo.

12/2/05 15:40  
Anonymous Anónimo dijo...

JEBUSITO

Se mama usted Pablo, me gusto mucho su post. A mí ya solo me queda una abuela... a como extraño a mi abuelo.

12/2/05 15:40  

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