domingo, junio 19, 2005

La piedra

filosofal nunca fue de su interés, pero no por eso es menos alquimista.

Como cualquiera de los de su clase, sabe absolutamente de todo, tiene una enorme biblioteca en donde almacena volumentes de los más famosos sabios de todos los tiempos. Tal vez no ha leído todos esos libros, pero que sabe que los tiene, y la ubicación de cada uno pues cada cierto tiempo se dedica a ordenarlos según el sistema que construya su mente, lo sé porque alguna vez me tocó a mi llevar a cabo tan importante labor. Pacientemente desempolvando cada libro y colocandolo en su lugar.

Desde joven anduvo por el mundo, ahora sigue haciendolo pero solo visita lugares civilizados, antes eran las espesuras de la selva y las playas vírgenes lo que le atraían, he visitado algunos de esos lugares, tan diferentes treinta años despues, pero aun guardando un poco de su magia, seguro por eso los recuerda.

No es matemático, pero puede hablar con cualquiera de las series infinitas con auténtico interés, no es filósofo pero conoce las palabras de Kant y Heidelberg que cita de memoria, al igual que Schrödinger es alérgico a los gatos y prefiere tenerlos encerrados, sin importar que estén vivos o muertos, al final lo mismo dá, la ciencia que más de lejos observa es la de los seres vivos, por alguna razón sus tres hijos estudiaron biólogía, el primero al hacerse mayor quedó atrapado por las letras, el tercero por la música.

Tanta precisión en su vida hace que a veces se le escape la poesía.

La magia la ejecuta en su taller, donde también guarda parte de su historia, como toda la magia verdadera requiere de paciencia y precisión.

Su transmutación es sencilla, convierte el polvo en arte.

Lo mezcla con agua, le da forma, así como dicen algunos que Dios le dió forma al hombre, pero mi alquimista, más real que Dios, menos eterno, del barro hace objetos que los entendidos describen como arte.

Porque son bellos objetos.

El punto clave de sus transmutaciones viene despues, cuando pacientemente los tortura con navajas y cuchillos, puntas metálicas y sencillísimas herramientas que a los ojos del mundo parecieran chatarra y en sus manos son instrumentos de precisión.

Y finalmente las entrega al fuego.

A veces una noche entera pasa vigilando de cerca su horno, donde el fuego se vuelve blanco y mil trescientos grados centígrados solidifican el barro para transformarlo definitivamente en un objeto fragil que puede romperse facilmente, o durar siglos.

Encontró en el fuego y el agua el secreto de la eterna juventud, yo siento en mi el paso del tiempo, el solo lo ve pasar, está muy ocupado en su taller como para envejecer.

El alquimista es mi padre, y aun hay cosas de el que no comprendo, no es necesario, sigo entrando de vez en cuando a su recinto solamente para verlo trabajar.

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6 Comentarios:

Blogger Cabeto dijo...

bueno, en ocasiones (las más de ellas) está difícil entenderlos.

Gracias por participar en la encuesta de mi blog.

Saludos.

20/6/05 11:05  
Blogger Araceli Gallardo Peña dijo...

¡Qué lindo su padre y que lindo hijo tiene su padre!
Y para rematar qué lindo padre tiene su hijo...
¡Felicidades!

20/6/05 12:49  
Blogger lacuevadelaloba dijo...

Yo quiero uno de esos.

Preséntalo, perrito! Está conpadre tu post.


Salucita

21/6/05 22:15  
Blogger Dharma dijo...

Me apabulla el pensamiento que tengo cada vez que visito tu blog: "Este tipo tiene suerte, tiene todos los tesoros del mundo allí nomás, todos a su alcance. ¿Será esta la definición de felicidad?"

22/6/05 04:31  
Blogger Bel dijo...

Cada día eres mejor :)

...

¿Dónde estás?

22/6/05 16:22  
Blogger Inna dijo...

Tu papá y yo nos dedicamos a lo mismo

24/6/05 21:13  

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