miércoles, junio 08, 2005

El frío

no es tan grave despues de un tiempo, lo que se vuelve francamente insoportable es la humedad y el encierro. Por eso despues de mi segundo mes en Alaska cambié de trabajo, llegé contratado como técnico en electrónica y en cuanto pude salí de el obscuro taller para instalarme como el "pietierno" en un barco cangrejero.

Venir a Alaska se ha visto siempre como una aventura, una manera peligrosa de llenarse de dinero. La verdad es que es solo una manera terriblemente incómoda de ganar un poco más que lo que ganarías en tu tierra. Los peligros están cada día más controlados. Nadie se puede caer del barco porque estamos sujetos con arneses de cuerpo completo, hay gruas y herramientas hidráulicas para manejar las pesadas "jaulas" en las que queda inocentemente atrapado el king crab, y del frío nos protegen modernos trajes de goretex que el propietario del barco está obligado a proveer a sus trabajadores.

El único riesgo auténtico es el pié de atleta que se obtiene por la humedad constante de botas, calcetines, chamarras... la comezón insoportable y lo inutil que es rascarse con una capa de ropa tan gruesa.

Las pomadas de ketokonazol se venden como pan caliente en las farmacias. Así como los condones, porque obviamente la prostitución es tan común como el alcohol, al helado páramo vienen chicas de todos los confines del planeta, buscando aventura y dinero fácil, igual que uno. La soledad y el aislamiento estrechan los lazos. Y pronto te puedes encontrar en una comunicación más que física con aquella muchachita de Tailandia, durante tu tiempo en tierra claro está, cuando estás embarcado puedes estar seguro que fornicará con rusos, alemanes, infinidad de gringos, latinos de todo el continente y tal vez algún griego. Pero al volver a tierra será de nuevo tu "sweetheart".

Si se encuentra ocupada, siempre estará el alcohol.

Cando llené la solicitud de trabajo una de las preguntas decía "¿Consume usted alcohol?", respondí que moderadamente, pensando que el dejar ver que soy un poco más que alcoholico social podría crear una imagen negativa. Ahora me doy cuenta que si me hubiera declarado abstemio no hubiera conseguido el trabajo, sin un sano nivel de alcoholismo no se puede sobrevivir en esta tiera maldita.

Maldita por el aburrimiento, la humedad de la ropa, las micosis de diferentes tipos y noches que duran todo el día, o días que se roban las horas de la noche.

Pero claro que al escribir a casa, uno debe siempre decir "Estoy bien, no se preocupen" para mantener un poco la imagen romántica el aventurero.

Conocí al hombre que fabricaba cicatrices, decía:
-Por unos dolares te bordaré en la piel las huellas de una historia de rabia y valor, de coraje durante la tragedia o de suerte desproporcionada, tu solo escoge si quieres una cuchillada atravezando tu vientre o tu barbilla, algo de piel congelada en el antebrazo o un orificio de bala en el hombro, yo se hacerlo todo, sin dolor... ¡Vuelve a casa hecho un heroe!

Siempre me bebí todo el sueldo antes de poder llegar a su obscuro local, la única cicatriz con la que volví de alaska la causaron una pinzas para depilar en la cama de May Yun, una pequeña estrella en el muslo izquierdo, a mis nuevas amantes les cuento que fué la varilla de un arpón, atravezando tres capas de goretex, en la cubierta de un barco cangrejero.

2 Comentarios:

Blogger Araceli Gallardo Peña dijo...

¡Muy buena tu imaginación en este cuento y como lo planteas!
De verdad debe ser terrible estar rodeado de hielo todo el tiempo y a donde mires sólo frío y blanco, y la nula calidez.
Te quedó lindo como todo lo que haces.

10/6/05 09:56  
Blogger Isla Gloria dijo...

Woow, y que pasa si te comento que me interesa ir a donde esta todo eso, me ayudarias a lanzarme a esa aventura quiza para algunos desagradable, ?

tienes mi correo te agradeceria mucho algo de informacion, saludos.

8/1/08 19:59  

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