La carta
Solo tenía dos líneas, que el leyó cien veces mientras caminaba hacia la parada de bus.
"Te amo, hijo de puta.
No lo puedo cambiar"
La guardó en la mochila, sin entender nada, pensando -Aparte de hijo de puta, idiota-.
El camión se retardó siete minutos.
"Te amo, hijo de puta.
No lo puedo cambiar"
La guardó en la mochila, sin entender nada, pensando -Aparte de hijo de puta, idiota-.
El camión se retardó siete minutos.
2 Comentarios:
A veces hasta da gusto y envidia, ser un hijo de puta como tal... sólo por el hecho de ser amado... pero más aún de saber que se es amado así...
enhorabuena a cada hijo de puta que tenga esa fortuna!!!
no es tan malo ser un hijo de puta...
Y QUE LE VAMOS A HACER??
FABIOLA
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