miércoles, julio 20, 2005

Todo

El camino, cinco kilómetros a pié, cincuenta en autobús, vine pensando que me reconosco en los rostros de los niños de Ixtlan, que los veo y pienso "Esos son mis ojos... esos son mis labios"

Que al pasar junto a los viejos inclino el sombrero y digo "buenos días!", pero creo que deberia decirles "Yo soy de aquí, mi bisabuelo se llamaba Emilio y era de Capulalpam, y mi bisabuela Pía era de Xiacui".

Me duele un poco, pero es un dolor rico, un dolor dulce, de reconocimiento y lejanía.

Me pregunto si todavìa en mi rostro se ve a veces la alegrìa de esos niños al jugar, o la paz de la chica que se durmió a mi lado en el autobús y se recargó en mi sin querer.

Con el calor de su piel me dijo muy bajito un poema en zapoteco, que yo ya no puedo comprender.

1 Comentarios:

Blogger Unknown dijo...

Raices abriendose paso en tu pecho...

¿Escuchas su rumor?

¡Precioso texto!

3/8/05 12:19  

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