viernes, mayo 20, 2005

La

primera a veces se atasca, y tengo que dejar que el auto se mueva un poquito para meterla, o arrancar en segunda.

Ya bastante es dominar este trasto que tiene casi mi edad, aparte llevar la sensación de incomodidad por tenerte en el asiento del copiloto, tan cercana y distante, con esa amabilidad forzada que te lleva a decir mientras miras ausente por la ventana:

-Gracias por el aventón al aeropuerto.-
-Ya sabes, cuando quieras, solo tienes que levantar el teléfono.-

A pesar de todo, aquí vamos al aeropuerto a medianoche, si viviéramos en otro lado no habría problema, pero resulta que por una vez hicieron algo responsablemente los políticos y construyeron el aeropuerto afuera de esta ciudad, venir en taxi te saldría mucho más caro que simplemente llamarme.

-Te he extrañado- me dices – ¿Porqué ya no me llamas?-
-Ya sabes, mucho trabajo- muy poco creíble mi mentira por cierto – Pero, me acuerdo de ti… a veces-

Muchas más de las que debería.

-¿Si? ¿Pero porque no me llamas?-
-Ya sabes, me la paso viajando o encerrado en el estudio, o el laboratorio-

Aparte mi hermano te llama afectuosamente “Esa perra” por las veces que llegué llorando a su casa cuando todavía estábamos “juntos”, y mi mejor amiga no quiere ni oír hablar de ti después de que me rompí la mano al hablar por teléfono contigo la última vez. Poco consuelo.

-Pues deberíamos vernos-
-Algún día-
-Bueno, por dos meses no podremos-

Sabes que es cierto, yo lo sé, sabes que me sigue doliendo que lo menciones, golpeándome como la ola de aire frío al entrar al aeropuerto

-¿Que hora es?- preguntas mostrándome tu muñeca sin reloj-
-La una y media.-
-Hay tiempo, voy al baño.-

Como acostumbras, me dejas solo.

Solo, para ver mi reloj y los minutos que pasan…

Doce.

Son muchos minutos para ir al baño… El aeropuerto está vacío a esta hora, y la única manera de estar contigo es hacer las cosas sin pensarlas, así que entro al baño de mujeres a ver que te retiene. Te encuentro sola, mirándome apoyada en la barra de mármol de los lavabos.

-Dos meses son mucho tiempo- Me dices…

Con eso me tienes ya, como de costumbre, demasiado cerca de ti, estirando la mano que toca tu cuello mientras cierras los ojos y adelantas el pecho. Mis labios siguen el camino de mi mano, mientras mi mano sigue su propio camino explorándote, llegando a la frontera de la ropa, cruzándola sin miramientos, sintiendo que tu vientre se agita bajo mi tacto, en tu cuello tu respiración baila bajo mis labios, y tus pezones se adelantan para rozarme la punta de los dedos… ¿O fue al revés? Tus manos desabrochan mi pantalón, sabiendo perfectamente como hacerlo después de tantas veces, y te encuentras con que la tristeza y la nostalgia realmente son deseo.

Solo me detengo un instante cuando me encuentro con mi propia mirada en el espejo, mi mirada y tu espalda, hermosa, arqueándose hacia mi. Siento tu mano en mi cadera, su gemela subiendo bajo mi camisa, replicando el movimiento de la mía que sube bajo tu falda para encontrar que lo que sea que llevas bajo ella está mojado, cálido, como todo tu cuerpo que responde a mi tacto, los dos nos movemos como bailando ballet con zapatos de goma, sin querer desprendernos de la ropa, ni de la posibilidad de que alguien abra la puerta y nos sorprenda, nos sorprenda ahora que hago a un lado ese pequeño trozo de tela y me acerco para penetrarte, para sentir que me envuelves, con tus brazos, con tus piernas, con ese sentir, dar, ser y arrebatar que nos ha llevado a tantas cosas.

El mármol de la barra ya no es frío, el calor es tanto que seguramente nuestra piel compartida brilla con luz naranja.

Me niegas tus labios con la misma furia con la que me das todo lo demás.

La misma furia con la que mi cuerpo entero se mueve para sentir cada espacio y cada rincón de tuyo, que sé que me desea, que me necesita por lo menos en este instante, por momentos me lleva a pensar que eres pequeñísima entre mis manos, debo protegerte , quererte y darte todo lo que este bohemio sin oficio ni beneficio puede dar, pero el instante siguiente siento que el desvalido soy yo, quien está a tu merced, que con tus piernas no me envuelves sino me atrapas en una dulce caricia que solo busca mi muerte y mi olvido.

Con una mano siento el mármol que ya late al ritmo de nuestros gemidos, las paredes que nos encierran y liberan al mismo tiempo. Despego mi mirada del espejo para ver en tus ojos el universo entero, darme cuenta que con ellos descubres todos mis secretos y los vuelves a poner en su lugar, revelados e inútiles ya.

Escapo apenas de ellos refugiándome en tu cuello, en tu olor que es ahora mío, sabiendo que esto no durará mucho más al sentir el estremecimiento de tus piernas, que se aferran a mi en un último instante de placer, magnífico placer, tus manos que arrancan, con tu ultimo gemido y tu ultimo espasmo, el bolsillo de mi camisa. En un orgasmo perfecto que me sacude y hace encontrar de nuevo el espejo y estrellar mi mirada reflejada con mi mano libre para quitarle esa expresión de asombro, de placer y dolor. De orgásmico instante que se escapa entre las gotas de sangre que corren por los vidrios rotos.

Finalmente me besas, un único y magnífico beso que es mejor que la gloria y todas las tardes soleadas de domingo juntas.

No se como al salir del baño tu estás igual, bella y perfecta, y yo llevo en mi camisa y mi mano las huellas de una batalla que no sé si gané o perdí.

-Ya es hora- dices muy seria, arreglando la única línea corrida de maquillaje con tu espejito de mano.

-Si, ahí está llegando la gente, ahí está el…-
-¡Gordo! ¡Aquí estamos!-

Si gordo, aquí estamos. ¿Sabes? Hace un momento no estábamos...

-¡Hola par de dos! Que bueno que vinieron por mi a estas horas. ¿Y a ti que te pasó pelón? Parece que vinieras de una pelea de gatos…-
-Ya sabes Gabriel- digo mientras le doy el abrazo de Judas- la vida que llevo…-
-Pues tienes que comenzar a fijarte con quien te metes-
-Lo intento… créeme…-

De nuevo caminamos a mi viejo chevelle, mientras le das al recién llegado los besos y caricias que me negarás los próximos dos meses.

Al mirar mi mano herida sosteniendo un cigarrillo, pienso que también esta batalla la gané, de algún modo…

jueves, mayo 19, 2005

Un cuento

infantil, o no tanto... para la Peca. Que me recordó que en los cuentos deben haber duendes y hadas.

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Yo conocí a un duende, déjame te cuento, que nos hacía creer que no lo era, de hecho el tampoco sabía ya, pero sé que nació en el bosque.

Un tal bosque tropical lluvioso.

Después, ante la escasez de empleo en la sierra viajo a la ciudad a probar suerte.

El problema es que nuestra vida en la ciudad también está cada día más difícil.

Y termino vendiendo seguros para ING

Misteriosamente, en la recepción de su oficina había también un hada trabajando. Lo sé porque yo la conocí, y cada vez que iba a la recepción de ese edificio le pedía una taza de café (Aunque yo iba a otras oficinas, las de una revista muy mamona que ni café ofrecía), ella me servía la taza y con el aleteo de sus pestañas dejaba caer un poco de polvo de hada en mi café... así que cada vez que salía de ese lugar, yo salía enamorado, enamorando y casi volando (Pues hay que recordar que el polvo de hada hace que uno vuele si cree en las hadas, yo no volaba porque en ese entonces no creía mucho, pero si daba saltitos)

(saltitos de poca fe, pero saltitos al fin)


Tanto el duende como el hada estaban aburridos, el duende cada vez tenía más pancita por chelear con sus compañeros, y el hada acumulaba ojeras y arrugas en las comisuras de los ojos, y se preocupaba porque no encontraba alguien que se enamorara de ella y la hiciera una princesa.

En un castillo de cristal

Porque ese duende y esa hada no sabían nada ya de su naturaleza.

Ella no sabía que yo estaba enamorado de ella, pero de poco le hubiera servido, porque como me echaba demasiado polvo de hada, cuando salía de la oficina ya me estaba enamorando de la primera que me encontrara, era un asunto de desconocimiento de formula y aplicación

Hasta que un día me acompañó un amigo poeta a las oficinas.

Le dije "Fíjate en la secre de ING... está como para el hijo mayor de mi 'apá" (Nuestros diálogos no siempre están llenos de poesía)

Cual no sería mi sorpresa cuando me dice bajito, casi al oído "¿Wey, no te has dado cuenta que es un hada?"

(El es poeta, los fotógrafos tenemos el ojo entrenado para la composición, el encuadre y el enfoque, los poetas tienen ojo para otras cosas)

Así que usé la viejísima técnica... levanté mi cámara y la miré a los ojos sonriendo "Helenita, regálame una sonrisa y un beso... o solo una sonrisa... o solo un beso..."

Me regaló todo. Y me di cuenta que es un hada, porque los fotógrafos podemos identificar a las hadas y los duendes a través de nuestro tercer ojo... el mío es marca Nikon.

Fue un momento feliz, pues a las hadas (Contrario a lo que se dice) les encanta que les tomen fotos. Cuando los flashazos inundaron la oficina, Jorge se levantó de su escritorio y comenzó a charlar con nosotros, y se subió a una silla como si fuera un caballo de rodeo, y se recargó en el escritorio como si fuera un explorador descubriendo las fuentes del Nilo (otra vez, otras fuentes), de la manga hizo aparecer sus tesoros con los que nos convidó, y aparecía y desaparecía por toda la oficina mostrandonos todo lo que se le ocurría.

Tomé muchas fotos, Y cuando se las enseñé a mi amigo, una vez reveladas, concluimos, "Definitivamente, Helenita es un hada y Jorge es un duende..."

Al otro día hablé muy seriamente con ellos, al principio no parecían entender, pero después se dieron cuenta.

Ahora Helenita vive en un pueblito de Morelos y hace unas nieves deliciosas que casi nadie conoce... solo los del pueblo. Y todos los que van a comer sus nieves salen enamorados y enamorando y dando brinquitos como si quisieran volar.

Y Jorge vive en la sierra de los Tuxtlas, camina solo por la selva mucho tiempo, corta madera que transforma en instrumentos musicales que suenan extraño, pero siempre hacen que la gente sienta ganas de reír o ganas de llorar. Reír muy fuerte... llorar bonito.

martes, mayo 17, 2005

Hace

Unos treintaiun años, esta muchacha no se imaginaba que un día tendría la respuesta a todas las preguntas...

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Y este chavalón decidía ser artista, hace poco me dijo: "Es que me horrorizaba la idea de tener que trabajar".

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Ambos dos se querían y tuvieron (Sin querer queriendo) un escuincle panzón y de ojos grandes que desde entonces estaba enamorado del mar. Gustavo llamaba al chamaco "Mi hijitomate" y Laura "Enanito".

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Y quien sabe como este chamaquito terminó contando cuentos... debe ser por el mar.

lunes, mayo 16, 2005

Yo soy

Soy un caminante, como se encarga de recordarme cada poco mi pierna izquierda, esa pierna que parece que cambia de tamaño cada dos o tres días, a veces llevando sin pesar el paso de su gemela de al lado, y otros días martirizándome a cada paso que doy cuando me grita dolorosamente que es un poco más corta, no suficiente para que se note, pero si para darme un bamboleo marino a caminar cuando la rodilla se resiste a seguir dando paso tras paso.

Habemos muchos a tu alrededor, si no te pones listo podrías confundirnos con gente que se dirige a su trabajo o vuelve de el, pero nuestro trabajo es justamente ese, caminar, cada quien con una pequeña misión que escoge muy temprano en la vida. Hay algunos que se dedican simplemente a tocar la guitarra para alegrar o entristecer a la gente, o los que escriben poemas en las paradas del bus, con letra pequeñita para que los transeuntes se tengan que acercar mucho a leerlos.

La mía es mover libros de lugar, ponerlos donde la gente los encuentre, normalmente los saco de las mochilas de estudiantes somnolientos o amas de casa distraidas, a veces los robo de las mesas de saldos e las librerías. Si es un libro de Og Mandino o Dan Brown lo tiro a la basura, sin embargo si es uno que valga la pena voy fijandome en el rostro de la gente hasta que encuentro a quien yo pienso que le haría bien leerlo, y despues comienza lo interesante, que es estudiar sus movimientos y predecir donde estará en un par de minutos, para así poder dejarlo en su camino.

Es una vida inútil, igual que toda las demás, pero me queda el gustito de saber que por unos cuantos días alguien será feliz por mi culpa, y de ir de vez en cuando a comer adonde está la chica de los ojos bonitos. Ahí charlo con ella de las canciones que ha escuchado en la calle, y los poemas que ha leído en la parada del bus. Y le digo que un día se va a enamorar de mi, a lo que siempre contesta con una sonrisa y un "quiza...", así soy feliz yo y me olvido por unos días de esta maldita pierna que no quiere funcionar bien.

(Pedro Cañejero)

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Hay días qe sale el sol, y noches que llueve plata. Hay veces que una princesa escucha mis palabras y me responde... Gracias Celia,

Yo Soy

De esas personas de costumbres desacostumbradas, de vida inútil. De ésas que gustan todavía andar por andar y hablar por hablar. De ésas que leen a Benedetti en voz alta en los semáforos y cantan en la cola de los supermercados. De ésas que se cuelan en las iglesias a las cinco de la tarde y se sientan a escuchar el silencio, de ésas mismas que arrancan hojas de los libros y las dejan bajo una piedra sobre los bancos de los parques.

Yo soy de esas personas que todavía comen bocadillos de nocilla por la calle, que escriben ideas en los manteles de los bares, y jamás se acuerdan de dónde las dejaron. Sí, soy de esas que amontonan botellas de cierre hermético para, de vez en cuando, gritar en un papelito el desamor y meterlo dentro, y acercarse a una playa para lanzarlas con todas las fuerzas y
guardar la duda razonable de que quizás, alguien a la otra parte del mundo pueda encontrarlas algún día y soñar que eran para él.

Soy de ésas que a veces paran a cualquier transeúnte de su ciudad para preguntarle cómo se va a la calle dónde vive, que preguntan en los mercados cómo cocinar ese pescado de piel tornasolada que le acaba de enamorar (sin saber nunca si quiere comerlo o pintarlo), de ésas que se detienen en la acera a escuchar a los que tocan la guitarra, que apadrinan los libros
abandonados que, de vez en cuando, encuentran a su paso.

Yo soy de esas personas de sonrisa fácil, de alegría espontánea y tristezas ocultas, soy de ésas que hablan en los ascensores, en los taxis, con los ancianos y con los niños. Soy de ésas que nunca saben muy bien por qué hacen las cosas, que muy a su pesar las cosas le importan, que ni se acuerda del día en que dejó de importarle quien era.

En definitiva, soy de esas personas que les gusta vivir solas pero no soportan comer solas. Y antes de llegar a casa, para en el bar de la plaza, y saluda a los camareros, y pide el menú de siempre, y espera que quizás hoy, venga aquel desconocido que le lee prosas a cambio de un café conversado, que le pregunta por los poemas que ha raptado hoy en el bus y las canciones que ha escuchado, y que le mira a los ojos descaradamente y le dice acariciándole el alma que algún día, algún día, se enamorará de él. Y a ella le gusta su certeza, aunque lo duda, porque en realidad no deja de ser una de esas personas de vida inútil y desacostumbrada.

(Celia Viana Ramirez)

jueves, mayo 12, 2005

A thousand kisses deep

I loved you when you opened
Like a lily to the heat
You see I'm just another snowman
Standing in the rain and sleet
Who loved you with his frozen love
His second hand physique
With all he is and all he was
A thousand kisses deep.

Leonard Cohen(fragmento)

Malditos estereotipos

Todo se fue a la chingada cuando entró Luisa…

-No mames cabrón, esto se está llenando de las mujeres que ya no me aman-
-Por lo menos no de las que te odian, vinimos a escuchar el jazz, embriágate y olvídate de ellas…-
-Para ti es sencillo poeta, para ti no es nada…-
-Si alguien te entiende soy yo, cabrón, es el precio por llevar esta vida, que tengas que sentir esto.-
-Ahí si no te pongas elitista, todo el mundo lo siente.-
-¿Todos los días? ¿Por una mujer diferente cada mes?-
-Por eso cabrón, eso no es por poeta, o cuenta cuentos, es por pendejo.-
-Eso nunca te lo negaré. Oye wey, el cuate que viene con Luisa, esta quedándose bien clavel.-
-Es su novio…-
-¿Tan pronto trae novio?-
-No wey, lo estaba engañando conmigo.-
-Ay no mames, ese vato es un figurín…-
-Claro, es músico y todo eso... el paquete completo de miércoles de mercado, metrosexual y todo, no fuma ni toma… Yoga y Thai box… apuesto a que se ha de poner dos cremas antes de dormir y una recién levantado.-
-Jajaja, ¿Y Luisa porqué se fue a meter contigo y tu físico de segunda mano? ¿Por cuenta cuentos y loco?-
-Cálmate Cohen de segunda mano, no sé, no tengo la menor idea.-
-Pues la palabreada te sirvió, el problema es que termines enamorándote tú, de plano estás pendejo.-
-Pinche vida...-
-Pinche cuenta cuentos…En serio ese microsexual como le dices… se está clavando de a madres.-
-Chingaos…-
-¿El wey sabe que pisaste el pasto de sus jardines?-
-Por ponerlo así de lírico como acostumbras, el wey sabe que pisé, deshierbé, aboné y pasté en los verdes prados.-
-Pues se ve muy decidido a cobrársela… así como te mira.-
-¿Pues se la pago, como ves?-
-Va, si se mete alguien más ya sabes que aquí estoy.-
-Malditos estereotipos.-
-Achingaos, ¿Ahora te pones a filosofar?-
-Filosofía mis huevos, hazme un poema, yo después cuento el cuento.-
-¿De donde quieres que saque un poema?-
-No sé… ¿Cuantos años tengo?-
-Uno más de los que te tocaban.-
-¿Y?-
-Aún así son menos de los que te desean los que te odian

y tienes en la mano una pluma que por fuerza es tu voz
cuando tu voz apenas la escuchan a tu lado
gritando que quieres que te quieran y susurrando que el odio no te basta para la cena
porque comes lo que los demás dejan en el plato
y sin alcohol no concibes un día
para tu cuerpo de segunda mano
para una vida de segunda mano
para tus amores de segunda mano
que te baste soñar que la muerte
te de un beso de verdad cuando venga por ti

pues aunque no te levantes del piso del bar, esta noche
no puedes perder esta pelea
porque ya perdiste todas las demás.-
-Gracias poeta, no puedo perder esta pelea.-
-¿Un tequila antes de que la sangre no te deje beber?-
-Va que va...-
-...-
-...No puedo perder esta pelea...-

lunes, mayo 09, 2005

No soy

-el cuentacuentos
-romántico
-sensible
-ni mucho menos perfecto.

Si soy
-Pablo
-realmente me gusta que me digan Perro
-alcoholico
-freelancer, que es una manera elegante de decir que estoy desempleado
-inestable emocionalmente, en lo que va del año he estado involucrado con tres chavas
-inestable económicamente, he vivido a veces una semana de puras palomitas de maiz
-viajero, me fascina la carretera
-fumador empedernido, ni Flor, ni Ana, ni Diana, nadie ha logrado que deje de fumar
-un excelente forjador de churros, lo reconocen todos mis amigos, aunque ya casi no quemo mota porque me da demasiado sueño
-un tipo que disfruta enormemente escribir y tomar fotos, y pretende vivir de eso

En

el blog de cierta ex (Ni crean que les voy a decir cual) mis contactos me avisan cuando hay algo interesante que leer, hoy véo que se me ha mencionado cuatro veces en lo que va del año, siempre con interesantes adjetivos. El último fué el mejor...

"Un bohemio sin oficio ni beneficio..."

Realmente me sentí halagado, nunca me habían dicho algo tan bonito, y lo digo en serio, se lo conté a un compa y me dice que el espera pronto lograr que lo clasifiquen de esa manera.

Yo la menciono a ella una vez(Esta) pa que no digan que no me acuerdo.

domingo, mayo 08, 2005

Sangre en mi ropa

Para quien quiera averiguar porque había sangre en mi ropa esta mañana
  • Sangre en mi ropa
  • viernes, mayo 06, 2005

    Y

    ¿Donde me quedo? Aún no sé.

    Hoy

    llegué de viaje, llegué de la guerra, llegué de la vida buscandote
    para encontrar viaje, guerra y vida.

    Maravillarme al ver como te quitas la ropa, y al final el unico que
    quedará desnudo seré yo, porque me desnudas como si me golpearas, como
    si me sacudieras para despues acogerme en tus brazos.

    Hoy que apenas me puedo llamar hombre me tomas y me tiras.

    Hoy que llego como un guerrero me vences.

    Hoy que me creo conquistador me esclavizas, me recibes, te sonries, te beso y me niegas.

    Ojalá y solo fuesen tres veces.

    Y me regalas tus orgasmos como carcajadas, y te robo un suspiro y dos
    gemidos. Para terminar al final agotados y sin forma entre las cobijas
    agotadas y sin forma, me permites acariciar tus pies y clavar en ti
    mis ojos. Y el unico desnudo aquí soy yo.

    Con mis zapatos de viaje, con mi mochila y mi cámara, con pasaje a donde sea, igual estaría desnudo, porque si me dices

    -Quedate-

    me quedo.

    jueves, mayo 05, 2005

    Me

    ¡Regalaron una niña girasol!

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    gracias a Esperanza... muchas.

    ¿Porqué?

    Si te quitas la ropa frente a mi, el que queda desnudo soy yo...

    miércoles, mayo 04, 2005

    no tengo

    muchas energias despues de dos semanas de viaje
    obviamente tampoco lana
    ni tiempo libre, hay muchas fotos que revisar
    y cosas que escribir
    no tengo tampoco comida en mi refrigerador
    ni una sola cerveza
    ni limón para echarle a la cerveza
    no tengo con que pagar el teléfono
    no tengo idéas
    pero lo peor es que no tengo con quien ir al cine.

    lunes, mayo 02, 2005

    Que es

    ¿De mi vida?

    Una continua carretera, la semana pasada estaba en Ixtlan de Juarez, Oaxaca, Ahora estoy en San Carlos Nuevo Guaymas, Sonora. ¿Como puede uno escribir si hay tantas cosas que ver?

    Por suerte alguien puso en mi camino una cámarita de fotos hace ya algún tiempo.

    Salú.